Pataz y el espejo que hay que mirar

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La Libertad se ha convertido en la primera región productora de oro a nivel nacional, con una participación del 32%, superando a Arequipa, que se ubica en el segundo lugar, con una participación del 22.9%, y a Cajamarca, que se ubica en el tercer lugar, con una participación de 20.1%.

Las principales empresas formales productoras de oro en La Libertad son: Poderosa, Horizonte y Retamas. Estas tres empresas se ubican en la sierra de La Libertad, en la provincia de Pataz.

Pero La Libertad no solo es la principal productora de oro a nivel nacional. También se ha convertido, desde hace un tiempo, en uno de los departamentos que registra los mayores índices de criminalidad, donde bandas delincuenciales vienen operando y sus acciones abarcan, cada vez, mayores territorios y actividades.

Peligrosa expansión de la minería ilegal en Pataz. Imagen: Macronorte

Por ejemplo, ya era conocido que, en la provincia de Pataz, a diferencia de otras zonas del país, la minería aurífera de oro formal convive desde hace bastante tiempo con una intensa actividad minera informal. Esta convivencia se ha vuelto cada vez más compleja y está acompañada de sucesivos episodios de violencia y enfrentamientos que, en los últimos años, han ido escalando y han convertido a Pataz en tierra de nadie, donde imperan mafias y bandas de sicarios que, todo indica, en los últimos tiempos comienzan a intentar controlar la propia actividad minera informal.

Según informes periodísticos[1], en un inicio los propios mineros informales contrataban delincuentes, ya sea por temas de seguridad o también para ‘resolver’ disputas entre ellos por el control de concesiones y labores mineras, tal y como viene ocurriendo en otras zonas del país[2]. Sin embargo, todo indica que ahora las mismas bandas organizadas están buscando controlar gran parte de la actividad minera en la zona, en algunos casos en alianza con los grupos de mineros más fuertes. Se habla de la presencia de algunas bandas como la del Tren de Aragua y otras que provienen de Trujillo, Lima y Callao. También hay denuncias que apuntan a temas de corrupción dentro de la propia Policía Nacional.

Lo cierto es que, hoy en día, el negocio de la explotación aurífera informal es tremendamente lucrativo y ha convertido a la provincia de Pataz en un escenario de disputa entre bandas criminales y mineros informales.

Otras regiones del país, en las que la minería ha comenzado a expandirse, deberían mirarse en el espejo de Pataz. La realidad muestra que allí donde se implanta este tipo de actividad, termina imponiendo escenarios de extrema violencia, explotación, trata de personas y explotación sexual, además de los gravísimos impactos ambientales que ocasiona.


[1] Declaraciones de Pedro Yaranga, experto en seguridad integral y gestión de riesgos. La República, edición del 19 de agosto de 2023.

[2] Como el caso de Arequipa, en la provincia de Caravelí o el de Ica, en la provincia de Nasca. Son algunos ejemplos de la violencia que impera en las zonas de influencia de la pequeña minería y la minería informal.

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