EDITORIAL – PROYECTO MINERO ARIANA DEBE SER DESESTIMADO POR AMENAZAR LA PROVISIÓN DE AGUA POTABLE PARA LIMA (FEBRERO 2021)

Pronto se cumplirán dos años (29 de abril de 2019) desde que las ex congresistas Marisa Glave y Katya Gilvonio y CooperAcción con el apoyo legal del Instituto de Defensa Legal – IDL presentaron una acción de amparo ante el Sexto Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Lima, en contra de las acciones administrativas que autorizaron el desarrollo de la actividad minera -proyecto minero Ariana- en una zona de vital importancia para el abastecimiento de agua potable para la ciudad de Lima. Son casi dos años de espera ante la incertidumbre de la posible afectación de los derechos fundamentales al agua potable y a un ambiente sano de más de 10 millones de habitantes, y hasta la fecha se han desarrollado dos audiencias judiciales y una serie de intercambios escritos entre las partes.

El pasado 17 de febrero, se tenía programado llevar a cabo una nueva audiencia, donde Sedapal debía exponer su posición respecto al caso. Como se recuerda, Sedapal, de manera reiterativa, ha expresado su preocupación acerca del desarrollo del proyecto minero Ariana en pleno corazón del sistema Marcapomacocha, que incluye el Túnel Trasandino que hace posible el trasvase de las aguas represadas por Sedapal en la cuenca alta del río Mantaro hacia la cuenca del río Rímac. Lamentablemente, dicha audiencia fue reprograma, para el día 03 de marzo, dilatándose así el plazo de resolución de la demanda.

En alianza Earthworks y CooperAcción, con la finalidad de sustentar la demanda de amparo con los más altos estándares de rigurosidad científica y técnica, solicitaron a un experto internacional el estudio de riesgo de uno de los componentes mineros más peligrosos del proyecto: la presa de relaves. En este estudio, el doctor en geofísica Steven Emerman –presidente del subcomité de conocimientos, comité de presas de EEUU, con 70 publicaciones en la materia- ha sido enfático en recomendar que el proyecto minero Ariana debe ser rechazado “sin mayor consideración”, ya que si la presa de Ariana colapsa, los relaves fluirían inmediatamente hacia la bocatoma de agua del Túnel Trasandino, a los canales colectores, al Río Carispaccha y siguiendo su curso podrían afectar incluso los pueblos de Corpacancha, Santa Ana,  Sincamachay y la planta hidroeléctrica Malpaso. En la presentación pública del informe, Emerman sostuvo además, que no conoce un caso de explotación minera parecida en el mundo, que implique la construcción de una presa de relaves en una zona de suministro de agua para una ciudad capital de un país.

Esta situación problemática podría haberse evitado si tuviéramos un sistema de planificación y ordenamiento que armonice los usos y los intereses que existen en el territorio. El espacio donde se pretende explotar la mina Ariana cumple un rol vital en la provisión de agua para la ciudad de Lima. Este papel lo ostenta por décadas y los mismos ciudadanos de Lima pagamos a Sedapal a través de nuestros recibos mensuales un monto para que se inviertan en mantener estos servicios ecosistémicos. Hace mucho tiempo que el Estado debió reglamentar el uso de este espacio, restringiendo la actividad minera y otorgándole una categoría especial de conservación y protección.

Finalmente, esperamos que Sedapal siga firme en su posición de defensa del agua potable para millones de familias limeñas.

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