EDITORIAL: EL ORO Y EL COBRE
Las cotizaciones de algunos minerales siguen batiendo récords. Por ejemplo, la semana pasada, el oro ya estaba por encima de los US$ 3 mil la onza y el cobre acaba de superar los US$ 5.00 la libra. Cotizaciones nunca antes vistas y, todo indica, que estos precios se van a mantener por un buen tiempo o, quizás, pueden seguir aumentando.
Por un lado, esto significa que el valor de las exportaciones peruanas en minería va a seguir creciendo. Ya el año pasado se batió un nuevo récord, con un crecimiento interanual de 11.5%, sumando en total US$ 47,701 millones. Este incremento se explica principalmente por el mayor valor de las exportaciones de oro, que se disparó en 41.4%, equivalente a US$ 4,525 millones adicionales. Por supuesto, el cobre es nuestro principal producto minero de exportación con un valor de US$20,670 millones. Si se mantienen las tendencias señaladas, en el 2025 se podría batir un nuevo récord exportador.
Pero el otro elemento que se debería comenzar a notar es el mayor aporte tributario del sector minero. Con los precios actuales, las empresas mineras, sobre todo las productoras de cobre y oro, están en bonanza absoluta, registrando ingresos extraordinarios y enormes sobre ganancias. Sin embargo, la participación de la minería en el total de tributos internos captados el año pasado, apenas superó el 10%, mientras que el Impuesto a la Renta de tercera categoría del sector minero, incluida la regularización, llegó a representar el 17.9% del total recaudado. Cabe señalar que en el anterior súper ciclo de precios (2003-2012), el aporte de la minería al total de tributos internos llegó a un pico de participación de 25% y en el caso del Impuesto a la Renta llegó a representar el 50%[1].
El tema de la tributación minera en el Perú sigue siendo una tarea pendiente. ¿Existe margen para que se implementen algunos ajustes en la política tributaria minera para que el país se beneficie de esta nueva coyuntura de precios altos? Todo indica que sí. Solo recordar que hasta el propio Fondo Monetario Internacional, en un informe elaborado a finales del 2021, señaló que había espacio para aumentar la presión fiscal del sector minero en el Perú sin que perdamos competitividad internacional.
La propuesta del FMI apuntaba a aumentar la presión fiscal, cambiando moderadamente las tasas de los impuestos cuya base es la utilidad operativa (por ejemplo, el Impuesto Especial a la Minería): “podría considerarse incrementar ligeramente las tasas marginales del Impuesto Especial a la Minería, incrementando así la progresividad del sistema”. También señalaron que existía espacio para un aumento del piso de la Regalía, hasta en un punto porcentual, sin afectar mayormente la estructura progresiva del régimen actual.
En la actualidad el espacio para aumentar la carga tributaria a la minería en el Perú ha aumentado debido a que países competidores, como es el caso de Chile, han hecho ajustes a su régimen fiscal, incluyendo por ejemplo una regalía que contempla una tasa impositiva máxima efectiva -el techo que pagarán las grandes mineras en tributos- del 46.50% de la ganancia operativa para aquellas compañías que produzcan más de 80,000 toneladas métricas de cobre fino, y del 45.5 % para las que produzcan entre 50,000 y 80,000 toneladas.
Desde este boletín insistimos que la reforma tributaria es un tema pendiente y que es totalmente legítimo que el país tenga una mayor participación de la renta que genera la explotación de un bien natural que le pertenece a todos los peruanos y peruanas.
[1] Por ejemplo, el año 2007. Ver sección económica de este boletín.
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