¿Otro problema más para Espinar?
Leonidas Wiener
Foto: Captura de pantalla de Videoreportaje de Vidal Merma
Desde hace más de una semana se vive una situación de emergencia social en la provincia de Espinar, Cusco, que se suma a otros múltiples episodios conflictivos en la zona relacionados con la empresa minera Antapaccay, perteneciente a la multinacional suiza Glencore. En esta ocasión, las acciones de protesta se han originado por la negativa de la empresa a cumplir con el acuerdo del Comité de Gestión del Convenio Marco, que consiste en la entrega de un bono solidario de S/ 1000 a cada elector de la provincia[1].
En este contexto actual de violencia y enfrentamientos entre la población y las fuerzas del orden en Espinar, el Poder Ejecutivo emitió el 22 de julio la Resolución Ministerial 174-2020-PCM que conforma el Grupo de Trabajo denominado “Comisión Multisectorial encargada de evaluar los posibles daños en el ámbito de las comunidades originarias de Huano Huano, Huini Coroccohuayco, Pacopata, Alto Huancané, Huancané Bajo, Tintaya Marquiri, Alto Huarca, Cala Cala, Huarca, Suero y Cama, Huisa Ccollana, Huisa y Anta Ccollana de la provincia de Espinar, departamento de Cusco, y el plan de reparaciones que corresponda de ser necesario”.
Para contextualizar este punto, las 13 comunidades originarias mencionadas son parte de la zona de influencia de la mina Tintaya – Antapaccay, que actualmente busca expandirse en el proyecto Coroccohuayco. 10 comunidades pertenecen a la zona de influencia Tintaya – Antapaccay, y 3 corresponden a Coroccohuayco. Como una forma de viabilizar la ejecución de este último proyecto, el Gobierno anunció en noviembre del año pasado que se iba a implementar un proceso de consulta. Las reuniones preparatorias se iniciaron en enero de este año, siendo suspendidas por la pandemia.
Sin embargo, en este proceso las 13 comunidades no han caminado juntas: se formó un bloque de 11 comunidades, que se autodenomina “Asamblea Multicomunal por la consulta previa en Espinar”; las otras 2 restantes, Pacopata y Huini Coroccohuayco, decidieron seguir un proceso paralelo porque sus demandas se orientaban a que se ponga en consulta los contenidos de la Modificación del Estudio de Impacto Ambiental (MEIA) de Ampliación Coroccohuayco. Es importante mencionar que estas 2 comunidades, junto con la comunidad madre Huano Huano, representan la zona de influencia social directa de Ampliación Coroccohuayco, y la ejecución de este proyecto minero integrado generaría el reasentamiento de estas 3 comunidades.
Por tales razones, los avances en el proceso de implementación de la consulta para Coroccohuayco no han sido los mismos para todas estas 13 comunidades: con las 11 se avanzó en la aprobación del plan de trabajo, pero no ha sido así en el caso de Pacopata y Huini Coroccohuayco.
Con estos antecedentes, el 16 de julio de este año se realizó una reunión en la ciudad del Cusco entre representantes de la PCM, MINEM y MINCUL con la Asamblea Multicomunal. El motivo de dicha reunión era reanudar las actividades de la consulta previa suspendidas por la pandemia. Sin embargo, en esta ocasión no fueron las 11 comunidades. La gran ausente fue la comunidad Alto Huarca, que emitió un comunicado el 21 de julio desmintiendo que sus representantes hayan acudido a la reunión del 16 en Cusco y que tampoco avalaban los comunicados emitidos por la Asamblea Multicomunal tras dicha reunión con el Gobierno.
¿Por qué alto Huarco sacó un comunicado de esta naturaleza? El 13 de julio la Asamblea Multicomunal había comunicado su decisión de suspender su participación en el Comité de Gestión del Convenio Marco, en un momento en el cual se venían teniendo negociaciones con la empresa para la entrega del bono solidario. Luego el 16 tuvieron la reunión en Cusco, y esto fue interpretado por diversos sectores de la población de Espinar como una traición a la causa principal de lucha relacionada con la entrega de este bono solidario. El comunicado de Alto Huarca parece que va en esa línea de deslinde, y plantea las brechas que existen al interior de la Asamblea Multicomunal por la posición que ha tomado la dirigencia y los asesores de este grupo de comunidades en torno a su participación en el Comité de Gestión del Convenio Marco y los esfuerzos que han venido realizando otros sectores de la población de Espinar para la entrega del bono solidario.
En esa medida, ¿este Grupo de Trabajo aprobado por el Gobierno puede contribuir a destrabar la situación de conflicto social en Espinar? No, porque como señala el objeto de la norma que la aprueba, esta se orienta a “Desarrollar acciones orientadas a evaluar los posibles daños en el ámbito de las comunidades originarias de Huano Huano, Huini Coroccohuayco, Pacopata, Alto Huancané, Huancané Bajo, Tintaya Marquiri, Alto Huarca, Cala Cala, Huarca, Suero y Cama, Huisa Ccollana, Huisa y Anta Ccollana de la provincia de Espinar, departamento de Cusco, y el plan de reparaciones que corresponda de ser necesario”. La norma no precisa qué tipos de daños se van a evaluar en el ámbito de estas comunidades, ¿a los generados por la antigua mina Tintaya, por su sucesora Antapaccay?, o si estos están relacionados con la contaminación provocada por años de minería o las afectaciones a la salud de cientos de personas afectadas con metales pesados en su organismo ¿Por qué ahora se decide formar la comisión respecto a impactos que siempre se han denunciado y nunca atendido?
Para cumplir esas metas, la norma señala que el Grupo de Trabajo se compone de representantes de diversos sectores (MINAM, MINEM, MINSA, OEFA, etc.) y también del GORE Cusco y la Municipalidad Provincial de Espinar. Sin embargo, de los 14 miembros de este Grupo de Trabajo, solo se ha considerado a 2 representantes de las 13 comunidades en cuestión, lo cual representa una desproporción absoluta por el sentido y la finalidad de este Grupo de Trabajo. Además, si el Gobierno sabía de antemano que este grupo de 13 comunidades no formaban un solo bloque único, como se ha descrito líneas arriba, ¿no se pudo prever que destinar solo 2 representantes para las 13 comunidades iba a generar problemas de representación y conflictos entre las mismas comunidades?
Como se indicó al inicio de este artículo, lo que viene ocurriendo en Espinar es el último capítulo de años de minería sin control, contaminación, desidia y abandono de sucesivos gobiernos, y empresas que tuvieron el control de la mina que no se han comportado con responsabilidad para respetar los derechos humanos de las comunidades y de la población de Espinar en general. Lamentablemente, medidas como la creación de este Grupo de Trabajo pareciera no permitirán modificar esta situación compleja y tensa en la provincia en el corto plazo.
[1] Como se recordará, existe un Convenio que fue suscrito en el 2003 para destinar 3% de utilidades de la empresa para financiar proyectos de inversión social para la provincia. En 2012 hubo una escalada muy violenta que derivó en muerte de 4 personas, y tuvo como uno de sus principales motivos el pedido para aumentar el porcentaje destinado por la empresa para alimentar este fondo social.
Compartir: