Sobre Tía María y el paro en Islay

Al momento de escribir esta nota, los enfrentamientos continuaban en la provincia de Islay, en el tercer día de una paralización que se inició el 23 de marzo. El número de heridos aumenta en cada reporte y se habla, aunque todavía sin confirmar, de una persona fallecida.

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La preocupante situación que se vive en esta provincia arequipeña obliga a revisar los diferentes momentos de tensiones y enfrentamientos que se han vivido alrededor del proyecto Tía María en los últimos años, identificar algunos elementos constantes y al mismo tiempo evaluar cuáles podrían ser algunas salidas al conflicto.

Para comenzar, no está de más recordar que el 29 de octubre del año 2009, se realizó una consulta popular en los distritos de Cocachacra, Punta de Bombón y Deán Valdivia, en la que alrededor del 90% de los participantes se manifestaron en contra del proyecto minero. La consulta fue una respuesta a la presentación del primer Estudio de Impacto Ambiental (junio 2009).

El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) fue revisado por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicio para Proyectos (UNOPS) que presentó más de un centenar de observaciones. En medio de críticas al EIA, enfrentamientos, convulsión social y habiéndose producido tres muertes y decenas de heridos, el Ministerio de Energía decidió -mediante resolución directorial de fecha 8 de abril de 2011-, declarar inadmisible y rechazar el EIA del proyecto Tía María.

Dos años después, la empresa Southern Perú, presentó un nuevo EIA, sobre la base del anterior, actualizando información y agregando nuevos componentes. Se afirmó que para el nuevo EIA se había recogido las observaciones realizadas. Sin embargo, lo que se puede apreciar, a partir de la información analizada, es que esto ha ocurrido solo en parte. Una revisión del nuevo EIA hecha por el equipo técnico del Observatorio de Conflictos Mineros, identificó las siguientes ausencias (revisar informe):

–       Un análisis de las características hidrogeológicas de la zona que involucra el proyecto minero (Tía María y La Tapada), utilizando instrumentos de percepción remota, para que se pueda contar con una lectura del subsuelo, de la estructura geología, de los elementos relacionados a los acuíferos y agua subterránea, así como de las direcciones de los flujos de los cuerpos de agua subterránea.

–       Sería importante contar con estudios sobre la resistencia de la roca madre y de la estructura geológica, las cuales estarán expuestas a constantes voladuras en el proceso de la expansión de los tajos para la remoción del material del cual se extraerá el mineral. Para ello habría que tomar en cuenta el tiempo durante el cual la geología estará sometida a explosiones y los impactos que esto podría ocasionar a la roca madre y la estructura geológica.

–       Como la información sobre la ubicación del depósito de desmonte y de la planta de chancado primario se presenta tardíamente, y considerando que estaría próxima al río Tambo y al canal existente, se requiere de un análisis sobre la pertinencia de esta ubicación, pues de ello dependerá la dimensión de ciertos impactos.

Por lo tanto, la revisión de los principales acontecimientos en estos casi seis años de accidentada relación, muestra que el proyecto Tía María generó desde un inicio temores, oposición de la población y lo cierto es que en la actualidad sigue sin contar con lo que las propias empresas denominan como la necesaria licencia social para operar.

Desde CooperAccion hacemos un llamado para que los diferentes actores involucrados hagan todos los esfuerzos necesarios para enrumbar este conflicto por vías institucionales, pacíficas y de diálogo democrático.

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