El gobierno de Petro y la agenda ambiental

Luis Gárate

La reciente toma de mando del presidente de Colombia Gustavo Petro, realizada el 7 de agosto, ha generado importantes expectativas en la ciudadanía colombiana, pero también en la comunidad internacional por varios de sus anuncios, entre ellos su agenda energética y ambiental.

Imagen: Reuters

«El cambio climático es una realidad. Y es urgente. No lo dicen las izquierdas ni las derechas, lo dice la ciencia. Tenemos y podemos encontrar un modelo que sea sostenible económica, social y ambientalmente»[1], dijo en su discurso el presidente Petro. En esa línea, destacó que uno de los pilares del equilibrio climático y de la vida en el planeta es la selva amazónica. En su discurso se preguntó si vamos a dejar que se destruya esa selva para llegar al punto de no retorno en la extinción de la humanidad.

La transición energética

Uno de los grandes objetivos ambientales del gobierno entrante es el cambio en la matriz energética para superar la economía fósil y dependiente de las ganancias de la producción de petróleo, carbón y gas. Aunque Petro ha dicho que la transición para dejar el modelo extractivista será gradual, esta propuesta ha generado preocupación del sector empresarial porque la principal exportación de Colombia es el petróleo. Cabe mencionar que en el 2021 la petrolera estatal Ecopetrol obtuvo 3,6 mil millones de dólares en utilidades, la cifra más alta de la historia, y la producción de gas va en aumento. El plan de gobierno del Pacto Histórico afirma que no se otorgarán nuevas licencias para la exploración de hidrocarburos pero que respetarán los acuerdos que están vigentes.

Cabe recordar también que durante la campaña presidencial, 26 intelectuales de todo el mundo firmaron una carta de apoyo al proyecto de transición energética que presentó el candidato Petro. Importantes intelectuales como Noam Chomsky, Boaventura de Sousa Santos, Naomi Klein, Vandana Shiva, entre otros, firmaron el documento.

El ahora presidente señaló en su discurso inaugural que Colombia está dispuesta a transitar a una economía sin carbón y sin petróleo, «pero poco ayudamos a la humanidad con ello. No somos nosotros los que emitimos los gases efecto invernadero. Son los ricos del mundo quienes lo hacen, acercando al ser humano a su extinción, pero nosotros sí tenemos la mayor esponja de absorción de estos gases después de los océanos: la selva amazónica», aseguró.

El acuerdo de Escazú

El Senado colombiano aprobó el 26 de julio de este año este importante instrumento internacional. El acuerdo ambiental deberá pasar por una comisión de la Cámara de Representantes y luego ser firmado por el nuevo mandatario, que ya señaló su intención de ratificarlo.

El acuerdo de Escazú es importante precisamente porque Colombia es uno de los países más peligrosos del mundo para los líderes ambientales, de acuerdo con uno de los últimos informes de Global Witness que reportó 65 personas asesinadas en 2020 por su trabajo de defensa del medio ambiente. Asimismo, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) tiene un listado de más de 600 líderes y lideresas ambientales asesinados desde la firma del acuerdo de paz en el 2016.

Ministerios clave

Otra medida del nuevo presidente colombiano ha sido nombrar a ministras clave que serán las encargadas de implementar sus promesas. En el Ministerio del ambiente ha nombrado a Susana Muhamad, reconocida especialista y ambientalista, y en el de Energía y minas a Irene Vélez, doctora en geografía política.

Susana Muhamad estudió Ciencia Política en la Universidad de los Andes y es magíster en Gestión y Planeación del Desarrollo Sostenible de la Universidad de Stellenbosch de Sudáfrica. Además es ambientalista y ha ocupado varios cargos públicos.

La nueva ministra ha sido clara sobre el empleo de la técnica del fracking en Colombia. Fue contundente en asegurar: “Vamos a buscar, lo antes posible, frenar el licenciamiento del fracking y buscar que en el Congreso de la República se prohíba el fracking por ley” [2].

Por otro lado, Irene Vélez es la nueva ministra de Energía y minas, es filósofa de la Unal con doctorado en Geografía Política en Copenhague. Es una mujer con amplia experiencia en el sector ambiental y que tendrá la ardua tarea de liderar la transición hacia una economía postextractivista.

“Este reconocimiento no es solo a mi trayectoria sino de las comunidades que defienden la vida, el agua, el territorio y la salud”, dijo la recién nombrada ministra. Agregó: “Empujaremos la transición energética, intensiva en conocimiento, y aseguraremos el cuidado de la casa grande”.

Como podemos ver, desde la campaña hasta su primer discurso en el cargo, el nuevo presidente colombiano Gustavo Petro ha expresado una clara voluntad política de asumir una agenda que afronte los retos del cambio climático, interpelando de paso a la comunidad internacional. Asimismo, los nombramientos de sus ministros expresan también la intención de avanzar en esa agenda de transición energética. El reto es enorme, debido a que Colombia es un país que tiene importantes ingresos por la explotación petrolera.

De manera paralela, podemos ver que esa realidad dista mucho del Perú, pues el gobierno de Pedro Castillo no parece tener entre sus prioridades el tema ambiental. Más bien está asediado por la oposición política y preocupado en atender la coyuntura. Asimismo, entre sus recientes cambios ministeriales ha nombrado a un nuevo ministro de relaciones exteriores que es un público opositor al Acuerdo de Escazú.

10 de agosto de 2022

 

[1]  https://www.eltiempo.com/vida/medio-ambiente/gustavo-petro-cambio-climatico-y-su-propuesta-para-salvar-la-amazonia-693086
[2] https://www.semana.com/confidenciales/articulo/susana-muhamad-ministra-de-ambiente-de-petro-se-despidio-del-concejo-de-bogota/202206/

 

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