Falta de lluvias en la sierra deja a Lima al borde de la sequía

La falta de lluvias en las partes altas de Lima ha generado una disminución significativa en los niveles de las lagunas que abastecen de agua a la ciudad. Por ello, el presidente de Sedapal -la empresa de agua de Lima-, Héctor Piscoya, hizo un llamado urgente a los residentes de la capital para que adopten medidas de ahorro de agua.

Durante una entrevista en el programa «Punto Final», Piscoya subrayó la importancia de la colaboración de la comunidad para evitar una escasez severa en el suministro de agua potable. Según informes, lagunas cruciales como Huascacocha y Marcapomacocha han visto una reducción del 30% en su capacidad debido a la ausencia de lluvias.

En circunstancias normales, las represas de Sedapal podrían almacenar hasta 331 millones de metros cúbicos de agua en un año. Sin embargo, en la situación actual, solo se ha logrado almacenar el 70% de esa cantidad. La carencia de lluvias ha llevado a una distribución desigual del agua, con lluvias concentradas en las cuencas medias y bajas, lo que afecta directamente las fuentes de abastecimiento ubicadas en las partes altas.

Miguel Yamasaki, jefe del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), advirtió sobre la posibilidad de escasez si no se toman medidas para preservar el suministro de agua. Subrayó la importancia de manejar de manera eficiente este recurso en una región desértica como Lima.

Frente a esta situación crítica, Sedapal planea alertar a la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) sobre la situación y explorar medidas como la reducción de la presión del agua en la capital para mitigar el problema. Sin embargo, estas acciones requerirían aprobación y coordinación con las autoridades correspondientes.

José De Echave, investigador de CooperAccion, señala que “los impactos de los choques hídricos en el Perú serán cada vez de mayor magnitud por el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos asociados que ya se han comenzado a vivir. Si no se reacciona a tiempo, la situación continuará agravándose, una tarea urgente es cambiar el enfoque de la gestión del agua, para, precisamente, apostar a la sostenibilidad, la eficiencia y la resiliencia que requiere cualquier estrategia que apunte a lograr la seguridad hídrica”.

La población de Lima enfrenta desafíos adicionales en el acceso al agua potable, ya que más de 635 000 personas en la capital no cuentan con acceso directo al suministro. Estas personas a menudo dependen de camiones cisterna, lo que puede resultar en el pago de precios exorbitantes por agua de calidad dudosa, agravando aún más la situación en medio de la crisis del Fenómeno El Niño.

Un contexto de amenazas

Frente a este panorama, preocupa la persistencia de amenazas en las cuencas que abastecen de agua a Lima y Callao. En particular, el proyecto minero Ariana, ubicado precisamente en el área donde se encuentra el sistema de lagunas de Marcapomacocha. Pese a que en primera instancia el Poder Judicial ha emitido un fallo en contra de la ejecución de este proyecto por poner en riesgo el agua de Lima, el Gobierno ha apelado y actualmente el proyecto continúa su curso.

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