El ambiente sano, un derecho humano universal

En una decisión histórica, la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptó el 28 de julio una resolución que reconoce el acceso a un medio ambiente limpio, sano y sostenible como un derecho humano universal. El voto fue casi unánime, con 161 gobiernos a favor y solamente ocho abstenciones[1]. La resolución fue preparada por Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza.

Imagen: UN News

La resolución cierra una importante brecha que existía en el conjunto de las diferentes declaraciones de derechos humanos. Pasaron exactamente 50 años desde que la Declaración de Estocolmo, en 1972, por primera vez mencionaba la protección del medio ambiente como desafío para garantizar los derechos humanos. El Secretario General de la ONU, António Guterres, celebró el hecho como un paso decisivo para enfrentar a la triple crisis planetaria: el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad.

A pesar de que la resolución no es legalmente vinculante para los Estados, se espera impactos positivos en reforzar la protección del derecho a un ambiente sano a nivel constitucional y legal de los diferentes países. “No es legalmente vinculante, pero los países tienen una obligación moral de cumplirlo”, constató David Boyd, el Relator Especial sobre los derechos humanos y el medio ambiente.

La aprobación de la resolución es un éxito de miles de personas en el mundo, entre movimientos de base, ambientalistas y asociaciones de la sociedad civil, quienes han sostenido una campaña con este propósito durante años. De hecho, su utilidad será puesto a prueba en una multitud de juicios ya en marcha en diferentes países, sea contra Estados o empresas, por problemas de contaminación ambiental y los impactos del cambio climático. En un primer análisis de Greenpeace, se menciona una lista de casos de alto perfil, donde los demandantes podrían apoyarse en la nueva resolución.

La experta en derecho internacional de CooperAcción, Siu Lang Carrillo Yap, resaltó que “antes, las cortes internacionales, en caso de daños al medio ambiente debían argumentar con la afectación del derecho a la vida, la salud o la propiedad de las personas. A partir de esta resolución, sería posible considerar directamente la afectación al derecho a un ambiente sano como violación del derecho humano”. Esto sería un gran avance porque permitiría quejar directamente los casos de afectaciones al medio ambiente en las cortes internacionales de derechos humanos.

Además, el derecho a un ambiente limpio y saludable formará parte del marco general de derechos humanos que las empresas deberían respetar en sus negocios, según la directiva de debida diligencia que actualmente se encuentra en fase de negociación en el Parlamento Europeo (ver #Espinar no puede esperar).

El texto completo de la resolución se encuentra aquí. Sus cuatro puntos centrales son los siguientes:

La Asamblea General,

  1. Reconoce el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible como un derecho humano;
    2. Observa que el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible está relacionado con otros derechos y el derecho internacional vigente;
    3. Afirma que la promoción del derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible requiere la plena aplicación de los acuerdos multilaterales relativos al medio ambiente con arreglo a los principios del derecho ambiental internacional;
    4. Exhorta a los Estados, las organizaciones internacionales, las empresas y otros interesados pertinentes a que adopten políticas, aumenten la cooperación internacional, refuercen la creación de capacidad y sigan compartiendo buenas prácticas con el fin de intensificar los esfuerzos para garantizar un medio ambiente
    limpio, saludable y sostenible para todos.
[1] Las abstenciones fueron de China, Rusia, Bielorusia, Camboya, Irán, Kirguistán, Siria y Etiopía.

12 de agosto de 2022

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