Asociación de mujeres artesanas de Medio Mundo lidera la renovación de la Casa del Artesano

Según la Convención Ramsar, se consideran humedales todos los ríos lagos y ríos, acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas y bajos de marea, manglares y otras zonas costeras, arrecifes coralinos, y sitios artificiales como estanques piscícolas, arrozales, reservorios y salinas.[1]. Son importantes porque proporcionan a la población agua dulce, alimentos (como los peces), fibras vegetales que pueden ser usadas para la elaboración de productos artesanales y ayudan a mitigar los impactos del cambio climático.

Uno de los humedales más importantes de la costa central peruana se ubica en el centro poblado Medio Mundo, distrito de Végueta, provincia de Huaura, región Lima. Nos referimos a la Albufera de Medio Mundo, que desde el 25 de enero del 2007 es considerado un Área de Conservación Regional.[2]

Este ecosistema es de mucha importancia para la población de Végueta porque en él crecen fibras vegetales de buen valor en el mercado. Así pues, extractores de totora y junco, y artesanas que se encargan de transformar con sus manos el junco en productos artesanales, dependen de ésta área natural.

¿Por qué es importante el tejido de junco como sabiduría ancestral?

El 23 de abril del 2015, el ministerio de Cultura- Mincul, declaró como patrimonio cultural de la nación a los conocimientos y prácticas relacionados a la cestería en junco y totora de las provincias de Huaura, Huaral y Barranca del departamento de Lima. Esta importante norma de reconocimiento consideró que este arte tradicional ancestral se basa en el uso milenario y sostenible del junco y la totora, en el cual se expresan conocimientos técnicos y artísticos transmitidos de generación en generación, manteniendo continuidad y a la vez innovando en la producción.[3]

El tejido de junco, una importante tradición milenaria, ha sido el motor de cambio para mujeres artesanas que, al practicar y reproducir este conocimiento ancestral, han encontrado una forma de preservar su cultura y proteger los ecosistemas costeros. En este esfuerzo, CooperAcción ha desempeñado un rol clave, trabajando desde hace más de 10 años junto a la Asociación de Mujeres Artesanas de Medio Mundo (Amartemm). Juntos han fortalecido las capacidades organizacionales y la autoestima de las artesanas, creando estrategias que les permiten posicionarse en nuevos mercados, todo esto ligado a la sostenibilidad y al aprovechamiento responsable de los recursos de los humedales costeros, de donde extraen la fibra vegetal para sus artesanías.

Amartemm, pionera en la creación de la Escuela de La Artesana, un programa formativo liderado por ellas y dirigido a mujeres, no solo ha difundido el arte del tejido de junco, sino que ha transformado esta técnica en una herramienta de educación y conservación ambiental. Con el respaldo y acompañamiento de CooperAcción, han enseñado a hombres, mujeres y niños a valorar esta tradición en estrecha conexión con la preservación de los humedales costeros. Este modelo pedagógico ha sido replicado por diversas instituciones y gobiernos locales, consolidando el rol de las artesanas como líderes en sus comunidades.

Por otro lado, en los últimos tres años, la Asociación de Artesanas Emprendedoras del Bicentenario (Aarembi), conformada por mujeres tejedoras de junco del Humedal El Paraíso, ha dado un paso crucial en su desarrollo. Con el acompañamiento de CooperAcción, han logrado fortalecer su organización y habilidades, lo que les ha permitido acceder a nuevos mercados de manera independiente y sostenible. Hoy, valoran su trabajo, han roto las cadenas de intermediarios injustos, y promueven un comercio justo que refleja su compromiso con la tradición y los humedales costeros.

La transformación del trabajo artesanal del tejido de junco

Lograr que el Estado mire el trabajo que las artesanas desarrollaban con la fibra vegetal ha significado un enorme esfuerzo personal y organizativo por parte de ellas que ha tomado años. Han sido cinco momentos que ellas han atravesado para contar hoy con ese reconocimiento.

Amartemm. Imagen: CooperAcción

Primero, tuvieron que fortalecer sus organizaciones, dotándose de miradas estratégicas y resumir todo en un plan organizativo que tenga en cuenta los escenarios futuros y tendenciales. En segundo lugar, tuvieron que mejor sus capacidades productivas, para que el tejido tenga un mejor acabado y un mejor valor en el mercado, de tal manera que capturen el interés de los compradores. En tercer lugar, tuvieron que enfrentar a los intermediarios y echarlos de la zona, ya que malbarataban su trabajo, pagándoles lo que les daba la gana, manteniéndolas así en la línea de pobreza y de la vulnerabilidad económica. En cuarto lugar, tuvieron que aprender a divulgar su trabajo, incorporando técnicas de comunicación estratégica, lo que las llevó a insertarse en el mundo de las redes sociales y del streaming. En quinto lugar, tuvieron que mejorar su formalización, de tal manera que puedan estar en mejores condiciones para poder sentarse frente al Estado y frente al sector privado, y proponer condiciones a favor suyo en los momentos de negociación. 

Este conjunto de factores hizo que el Estado, a través del Mincetur principalmente, y de otros actores de la región, desde hace unos años echen una mirada al trabajo cultural de las asociaciones de artesanas y comiencen a incorporarlas en sus esquemas de política de reactivación económica.

Adecuación turística y relanzamiento de la Casa de la Artesana

Reinauguración de la Casa de la Artesana de Medio Mundo. Imagen: CooperAcción

Así pues, el Mincetur llevó a cabo un proceso de adecuación de la Casa del Artesana, lugar donde las artesanas desarrollan sus trabajos de tejido de junco y que permitiría mejorar las condiciones para el trabajo de las mujeres, así como promover el turismo en la región. En tal sentido, el pasado 23 de septiembre, ambas asociaciones, Aarembi y Amartemm, fueron reconocidas por la Dirección regional de comercio exterior y turismo de la región Lima debido a su invaluable contribución a la difusión de la sabiduría ancestral y su trabajo en la conservación de los humedales costeros.

Este reconocimiento se dio en el marco de la presentación de la adecuación final de tres talleres de artesanía ubicados en la zona de desarrollo turístico de las provincias de Huaura y Barranca. Esta fue una iniciativa impulsada por el ministerio de Comercio Exterior y Turismo a través de su Servicio de acompañamiento y asistencia técnica para la adecuación turística de talleres.

Todo este proceso fue posible gracias a un esfuerzo conjunto entre el Mincetur, el área de artesanía de Dircetur región Lima, los artesanos y las artesanas locales, las autoridades municipales de la provincia de Huaura, del distrito de Végueta, del Centro poblado de Medio Mundo y de CooperAcción.

Este trabajo colaborativo y articulador no solo promueve el comercio justo, sino también un modelo de producción artesanal que pone en valor la tradición ancestral y el rol fundamental de las mujeres artesanas, al mismo tiempo que impulsa la conservación de los humedales costeros, un ecosistema vital para sus comunidades.


[1] La Convención sobre los humedales y su misión. Obtenido de: https://www.ramsar.org/es/acerca-de/nuestra-mision

[2] Ministerio de Agricultura y Riego. (25 de enero del 2007). Decreto Supremo Nº 006-2007-AG. Establecen el Área de Conservación Regional “Albufera de Medio Mundo”, ubicada en la provincia de Huaura, departamento de Lima.

[3] Ministerio de Cultura (23 de abril del 2015). Resolución Viceministerial Nº 054-2015-VMPCIC-MC. Declarar Patrimonio Cultural de la Nación a los Conocimientos y Prácticas relacionados a la cestería en junco y totora en las provincias de Huaura, Huaral y Barranca del departamento de Lima.

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