¿Subsidiando a las empresas mineras? Devolución de IGV y caída en la recaudación

El ministro Thorne acaba de reconocer que los ingresos tributarios siguen cayendo de manera sostenida y que además esta situación se explica por las crecientes devoluciones del IGV, sobre todo “por los grandes proyectos mineros que nos están quitando recaudación”.

Lo que no ha reconocido el ministro es que este tema no es ninguna novedad y que lamentablemente tampoco es algo excepcional. Desde el año pasado, hemos señalado que la SUNAT le venía devolviendo a las empresas más de lo que estas aportan por tributación.

¿Qué está pasando? ¿De qué se trata este tema de las devoluciones del IGV?

Vayamos por partes. Cualquier empresa cuando vende algo que produce o comercializa tiene que pagar el Impuesto General a las Ventas (IGV), lo que les genera un débito fiscal. ¿Qué pasa con las empresas que venden a mercados externos? Como las exportaciones no están gravadas con el IGV, por ende sus ventas no generan débitos fiscales.

Esa misma empresa cuando realiza compras diversas genera un crédito fiscal: el crédito fiscal es el IGV que grava las compras que realizan las empresas.

En el caso de las empresas mineras, al vender al exterior sin el pago de IGV, se interrumpe la cadena débito-crédito y se genera lo que en la jerga tributaria se conoce como “saldos a favor del exportador”. La legislación tributaria en el Perú permite que las empresas utilicen los “saldos a favor del exportador” contra el pago del Impuesto a la Renta y/o solicitar su devolución.

Ello provoca que en determinadas coyunturas, en términos netos, el Estado termine subsidiando al sector minero y que la recaudación caiga. Es lo que ha venido ocurriendo en los dos últimos años: desde el año 2015, el monto devuelto a las empresas supera el Impuesto a la Renta recaudado por la SUNAT, y la diferencia alcanzó la cifra de -3,945.2 millones de soles en 2016. Es precisamente lo que se puede observar en el gráfico que adjuntamos.

Fuente: www.sunat.gob.pe
Elaboración: CooperAcción

El ministro Thorne ha señalado que esta situación es pasajera o coyuntural. Lo cierto es que la data estadística muestra que no es así: en el caso minero, sólo en el período del súper ciclo de precios de los minerales hemos tenido una recaudación neta en azul. Como se puede apreciar en el gráfico, hasta antes del año 2003 estábamos en rojo y todo indica que desde el año 2015 hemos vuelto a la normalidad: recaudación neta en rojo.

Lo más grave es que nada hace pensar que la situación vaya a cambiar en los próximos años y en este contexto la meta de presión tributaria que se ha fijado el gobierno parece difícil de alcanzar.

¿Qué hacer? Para comenzar habría que corregir la legislación tributaria que permite esta enorme discrecionalidad en el uso de los “saldos a favor del exportador” por las empresas. Pero además, necesitamos en serio y a fondo, discutir una verdadera reforma tributaria que corrija esta y otras distorsiones.

No es aceptable que precisamente en los dos últimos años la minería haya estado creciendo a tasas históricas de dos dígitos y que ese salto productivo no esté acompañado de un mayor aporte tributario al país: por el contrario el aporte tributario de la minería no ha dejado de caer.

Las devoluciones del IGV a la minería terminan siendo una suerte de subsidio del Estado -en realidad de todos los peruanos- a las empresas que debe corregirse cuanto antes.

23 de febrero de 2017

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