Sobre la situación actual del Corredor Minero del Sur Andino
Foto: El Comercio
Desde inicios de la última semana de setiembre, distintos puntos del denominado Corredor Minero del Sur vienen siendo bloqueados por numerosas comunidades que habitan en los contornos de esta carretera. Los bloqueos se iniciaron en la provincia de Chumbivilcas (Cusco), pero luego se han extendido a otros puntos en la provincia de Paruro (Cusco). La reciente crisis política en torno a la disolución del Congreso ha hecho perder de vista este nuevo conflicto en torno a Las Bambas y su Corredor Minero.
Lo concreto es que este reciente bloqueo ya se encuentra en su tercera semana de duración. El 8 de octubre una comunera en la zona de Ranraccasa (Paruro) perdió un ojo como consecuencia de un impacto de perdigón, producto del enfrentamiento entre policías y un grupo de comuneros que vienen bloqueando la vía. Por los antecedentes de conflictos relacionados con Las Bambas, se requiere prestar atención a este problema para evitar que vuelvan a suceder eventos trágicos entre compatriotas.
Para CooperAcción, es una preocupación que el Corredor Minero se haya convertido en foco permanente de conflicto. Una de las demandas planteadas por las comunidades de Chumbivilcas que actualmente vienen bloqueando el Corredor Minero es la anulación de las normas emitidas por el Ministerio de Transporte de Comunicaciones (MTC) para categorizar como vía pública sus distintos tramos. Además, dichas comunidades exigen ser declaradas como zona de influencia directa de la empresa minera.
Desde CooperAcción sostenemos que la situación del Corredor Minero requiere una solución integral, que no solo aborde las legítimas pretensiones económicas de las comunidades, pero que también aborde los graves impactos ambientales y sociales que se vienen generando. Estos impactos han sido identificados por el Organismo de Evaluación y Fiscalización (OEFA), como resultado del monitoreo ambiental que realizó en el Corredor Minero en el ámbito de la provincia de Chumbivilcas.
Como hemos señalado, lo ocurrido en las últimas semanas representa solo un episodio más de los incidentes conflictivos en torno al Corredor Minero, que se han sucedido casi de forma ininterrumpida desde inicios del 2016, momento en el cual se iniciaron las operaciones de Las Bambas y con ello la utilización de esta carretera para el transporte de los minerales. Existe una situación de continua vulneración de derechos de las poblaciones aledañas a esta vía, y no se han tenido mayores avances en el asfaltado de la vía o el mejoramiento de sus condiciones técnicas para soportar carga pesada de forma continua.
Frente a esta situación de ingobernabilidad permanente, es necesario pensar soluciones integrales y de conjunto. En esa línea cabe plantear en el debate público si el Corredor Minero puede seguir siendo una opción viable para el transporte de los minerales de Las Bambas, así como de otras empresas que operan o planean operar en la zona. O, si por el contrario, se requiere analizar otras alternativas que sean menos gravosas en términos de afectación de derechos. En una reciente entrevista, los mismos funcionarios de la empresa Las Bambas declararon que evaluaban alternativas para el transporte de los minerales, por ejemplo, a través de la construcción de un tren, o regresando al plan original de construir un mineroducto.
Resulta una tarea urgente para el Gobierno, en esta nueva etapa de reestructuración interna y redefinición de políticas tras la disolución del Congreso, el plantear una propuesta sostenible para garantizar que empresas como Las Bambas y otras que hacen uso del Corredor Minero no sigan operando en un contexto de vulneración sistemática de derechos.
11 de octubre de 2019
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