La realidad de fragilidad institucional se vuelve a poner en evidencia con el derrame de más, de 11, 900 barriles de petróleo ocurrida el 15 de enero en la refinería de La Pampilla ubicada en Ventanilla y operada por la empresa Repsol y la inoportuna respuesta dada por dicha empresa petrolera y el Estado peruano.
Descargar PDF