Proyecto Ariana pone en riesgo fuente de agua de Lima y Callao (Boletín Actualidad Minera / diciembre 2018)

El reciente informe del Observatorio de Conflictos Mineros (OCM) ha encendido las alarmas: el proyecto minero Ariana, que empezaría construcción el próximo trimestre, pone en riesgo la principal fuente de agua para 10 millones de habitantes en Lima y Callao.

La presa de relaves del proyecto se ubicará a pocos metros del Túnel Trasandino Cuevas Milloc, que transporta el agua de la laguna Marcapomacocha hacia la cuenca del Rímac. Según un oficio de SEDAPAL difundido por el OCM, la presa de relaves estará “sobre una capa de depósito lacustre, generando las posibilidades de rotura de la presa y la licuación estática de los residuos mineros y su escape del depósito, que podría afectar el agua que se conduce por dicho túnel”. Además, un informe de la empresa eléctrica ENEL ha señalado que debido al proyecto minero “la geotécnia del túnel podría verse comprometida”.

Además del enorme riesgo que significa la presa de relaves, lo cierto es que todo el área del proyecto se emplaza sobre una zona con numerosas lagunas y bofedales, muchas de las cuales son también aportantes al túnel trasandino. ENEL señala en su documento que en la zona “hay gran cantidad de aportes de agua superficial, subsuperficial y subterránea en las diferentes épocas del año”.

Por si fuera poco, la titular del proyecto Ariana es Southern Peaks Mining, empresa con pésimos antecedentes, pues es la misma que ha ocasionado una emergencia ambiental en la región La Libertad. En efecto, dicha empresa operaba la mina Quiruvilca, pero en diciembre de 2017 se declaró en quiebra y abandonó sus operaciones sin ejecutar el plan de cierre de minas. Producto de ello, las aguas ácidas provenientes de sus relaves vienen contaminando el río Moche, lo que ha llevado al Gobierno a declarar la emergencia en la zona.

Pese al evidente riesgo que significa una mina que se superpone a la principal fuente de agua de Lima y Callao, el proyecto tiene su Estudio de Impacto Ambiental aprobado y tiene todas las licencias y autorizaciones necesarias para empezar su construcción. Por ello, la empresa ha anunciado que las obras se iniciarían en el primer trimestre del 2019.

Lo que plantea este caso, nuevamente, es la urgencia de ordenar el territorio y proteger las cabeceras de cuenca. Es difícil de comprender cómo se autoriza un proyecto en una zona que, eventualmente, podría tener un gravísimo impacto sobre millones de personas. Fuentes de agua de vital importancia, como estas, debieran estar protegidas y libres de grandes proyectos de este tipo.

Publicado originalmente en el Boletín Actualidad Minera (diciembre 2018)

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