La guerra comercial China – EEUU y el control de nuestros minerales

Hay una cosa que nadie quiere decir. Un elefante en la habitación. En la guerra comercial entre China y EEUU, el último capítulo es el de los controles a la exportación de las “tierras raras” y los nuevos minerales estratégicos. Pero la pregunta es ¿de dónde se extraen esos minerales?
Como parte de la disputa geopolítica entre estos dos gigantes, el gobierno chino ha impuesto controles de exportación a varios minerales que hoy en día son clave en la cadena de suministros de la industria electrónica, energética y militar. Por ejemplo, durante la administración de Biden, China prohibió la exportación a EEUU de galio, germanio y antimonio, entre otros elementos. En febrero, sumó otros cinco minerales a la lista: tungsteno, indio, bismuto, telurio y molibdeno. Y la última escalada, en octubre, ha sido la prohibición relacionada a las llamadas “tierras raras”.
Si bien luego de la reciente reunión entre los presidentes Trump y Xi estas restricciones podrían flexibilizarse, lo que ha quedado claro es que el control de estos elementos minerales es hoy día una de las mayores preocupaciones estratégicas de las potencias. Y, como siempre se señala, China es quien controla -de lejos- la mayor parte de la producción global. Por ejemplo, se dice que este país produce un 75% del telurio, el 98% del galio, más del 60% del germanio, 70% del indio refinado y procesa casi el 90% de los 17 elementos agrupados bajo la denominación de “tierras raras”.
¿De dónde salen estos elementos? ¿Cómo así China es campeona en su producción? ¿Acaso es porque la naturaleza bendijo al país del dragón con una dotación excepcional de yacimientos de estos elementos estratégicos?
La respuesta es muy simple: refinación. Si China tiene esa capacidad de producción, es porque refina concentrados de minerales de base industriales, como el zinc o el cobre, y en ese proceso tiene capacidad de recuperar esos elementos que hoy día se han vuelto estratégicos.
Entonces, ¿de dónde se extraen esos minerales? Una investigación de CooperAcción ya demostró el 2024 que dentro del concentrado de cobre y zinc que exporta el Perú, existe presencia de elementos como el telurio, el germanio, el indio, el galio, entre otros. Sin duda, en los yacimientos de Chile, el Congo, México, Brasil, Zambia, Indonesia y otros productores mineros ocurre lo mismo.
Sin embargo, por lo menos en el caso peruano, estos elementos no se identifican ni siquiera para un control estadístico, y mucho menos se valorizan o se paga impuesto por ellos. Salen dentro del concentrado como “tierra” inservible, y son recuperados y puestos en valor (económico y también geopolítico) por los países que tienen el control de la refinación.
De hecho, Perú es proveedor de alrededor de un cuarto del total de los concentrados de cobre que China importa. Otra cuarta parte proviene de Chile. Casi con seguridad, una parte relevante de esos nuevos minerales estratégicos que China refina y controla deben provenir de los yacimientos de cobre ubicados en nuestros países.
Pero los países en cuyos territorios se encuentran estos elementos, somos convidados de piedra en la discusión global sobre los minerales estratégicos. No tenemos voz, no se nos toma en cuenta, nadie nos pregunta nada. ¿Y si nosotros fuéramos los que pusiéramos controles y regulaciones para la exportación de estos minerales? ¿Si pusiéramos condiciones, como impuestos específicos o transferencia tecnológica, antes de que estos elementos salgan de nuestros países?
Es momento de abrir una discusión global sobre la geopolítica de los minerales estratégicos, en la que nuestros países -de cuyas montañas se extraen estos elementos- tengan voz y voto.
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