En 10 años el presupuesto climático es irrisorio

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Kely Alfaro

En el Primer Informe Bienal de Transparencia del Perú[1] (presentado en diciembre de 2024), el Ministerio del Ambiente de Perú (MINAM) estimó que para el logro de nuestros compromisos climáticos (NDC) se requieren S/ 186 296 millones de soles. Sin embargo, en los últimos 10 años se ha invertido un presupuesto (PIM) que acumulado llega a ser de manera directa solo el 11.4% de lo que se necesita.

Este presupuesto se enfoca principalmente en proyectos y/o actividades destinadas a medidas de adaptación (53.3%). La mitigación solo tiene el 23.6% del presupuesto directo, y los proyectos que consideran ambas dimensiones han tenido de manera acumulada el 23.1% del presupuesto (PIM) directo en los últimos 10 años.

Como sabemos, el Perú es considerado un país vulnerable frente al cambio climático, lo que está relacionado con su diversidad biológica y cultural. En el caso de los Pueblos Indígenas, su seguridad y soberanía alimentaria dependen del aporte de la naturaleza y son ellos quienes defienden su territorio frente a las amenazas reales sobre los bosques, como la expansión de las actividades ilegales, minería ilegal, tala ilegal, expansión de fronteras agropecuarias y actividades extractivas. Pese a ello, paradójicamente es Lima la región que acumula poco más del 25% del presupuesto total directo en cambio climático en el Perú.

Fuente MEF. Elaboración propia

En noviembre de 2024, el MINAM también hizo pública la Estrategia Nacional de Cambio Climático al 2050[2] (ENCC al 2050) siendo el problema público identificado: “Incremento acelerado de las consecuencias adversas del cambio climático sobre la población y los medios de vida en el Perú”, lo que supone la reducción del nivel de bienestar  de la sociedad, al afectar la competitividad y productividad del país y a la reducción del desarrollo humano y sus medios de subsistencia (MINAM, 2024). Sin embargo, en los últimos 10 años hay funciones presupuestales vinculadas a las NDC de sectores con responsabilidad directa e indirecta para el cumplimiento de nuestros compromisos climáticos que no han tenido asignado presupuesto de manera directa. Por ejemplo, en mitigación, las funciones presupuestales de pesca, industria o salud. En algunos casos, hay funciones presupuestales que han tenido solo un año de presupuesto, como son las funciones presupuestales de energía y agropecuaria.

Fuente MEF. Elaboración propia

¿Estamos, respondiendo a nuestros compromisos frente al cambio climático? No, y esta es una práctica de hace 10 años. Analizar el presupuesto es observar las “manos” del Estado y a lo que realmente le pone prioridad, es decir, dinero. Este 2025, el Perú ha asignado aproximadamente S/ 1153.2 M (mil ciento cincuenta y tres millones de soles) para los gastos directos en adaptación y mitigación ante el cambio climático: esto es 37% menos que el año 2024 y 90% menos que el año 2023.

En tiempos en que la crisis climática se acelera cada vez más, con sequías, incendios forestales, caída de la productividad agrícola y otros impactos, es urgente que el país se tome en serio la tarea. No podemos seguir dejando la adaptación y mitigación al cambio climático como última prioridad, o las consecuencias de este fenómeno se harán cada vez más graves y sobre todo para las poblaciones que dependen de la naturaleza para subsistir y resistir.


[1] Ver: https://unfccc.int/documents/645280

[2] Ver: https://www.gob.pe/institucion/minam/normas-legales/6228754-012-2024-minam

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