El Niño global y el agua de Lima
Luis Gárate
Los anuncios de organismos internacionales sobre el inicio de un fenómeno El Niño global nos deben preocupar. En nuestro país, este fenómeno ha provocado estragos y debemos prever los impactos que seguirá trayendo. Estos impactos afectan, en especial, a las poblaciones más vulnerables.
El pasado 4 de julio la Organización Meteorológica Mundial, al declarar el inicio del fenómeno de calentamiento El Niño, advirtió a los gobiernos que deben prepararse para más eventos climáticos extremos y temperaturas récord en los próximos meses.
Cabe recordar que el fenómeno El Niño es un patrón climático natural en el océano Pacífico tropical, que trae temperaturas de la superficie del mar más cálidas que el promedio y tiene una gran influencia en el clima en todo el mundo, afectando a miles de millones de personas. Esto representa una seria amenaza para nuestro país, debido a que hemos podido ver la poca preparación y capacidad de las autoridades para implementar políticas de prevención ante los efectos de los climas extremos. Lo vimos en los recientes casos del Ciclón Yaku y el fenómeno El Niño costero de inicios de este año, que trajo devastación y enfermedades a miles de compatriotas, sobre todo de la costa norte.
Si bien el fenómeno de El Niño ya empezó, se esperan sus mayores impactos en noviembre y diciembre de este año y entre enero y marzo de 2024. Durante esos meses se presentarán lluvias intensas, principalmente en la costa norte y en la sierra occidental, y sequías en la zona sur del país, sobre todo en los Andes. Estas sequías podrían golpear más a las regiones de Arequipa, Puno y Cusco.
Como advierte Rocío Romero, del portal Salud con Lupa[1], el hecho de que se presenten altas temperaturas en la costa del país, sumado a las lluvias e inundaciones, genera un escenario propicio para la propagación de infecciones provocadas por el dengue, chikunguña, zika y malaria. También pueden aparecer enfermedades gastrointestinales, como diarrea o cólera, o leptospirosis. En la sierra sur y centro del país, por las bajas temperaturas, suelen aumentar las infecciones respiratorias, principalmente en niños y niñas menores de cinco años.
El caso de Lima
Hace unos días, el presidente del Directorio de Sedapal, Héctor Piscoya, pidió a los vecinos de Lima y Callao ahorrar el agua debido a que actualmente la ciudad capital afronta un «estrés hídrico» por la falta de lluvias en la sierra, situación generada a partir de la llegada del Fenómeno El Niño.
En sus declaraciones, el funcionario explicó que las lagunas que abastecen del recurso hídrico a Lima, Huascacocha y Marcapomacocha, han reducido su volumen en un 30% a raíz de la carencia de precipitaciones. Piscoya indicó que, en un año óptimo, las represas de Sedapal logran almacenar 331 millones de metros cúbicos de agua. Sin embargo, actualmente se ha podido alcanzar el 70% de esta cantidad.
Esta situación se explicaría a partir de la presencia del Fenómeno El Niño, evento climatológico que ha provocado que las lluvias caigan sobre las cuencas medias y bajas mas no en las partes altas de las cuencas. Es en estas últimas en donde se ubican las lagunas que abastecen de agua a Lima.
Ante este escenario, el presidente del Directorio de Sedapal indicó que se alertará sobre la situación a la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass).
Riesgos sumados para el agua de Lima
Cabe recordar que, desde hace unos años, CooperAcción viene impulsando la campaña Día Cero Perú, con el fin de alertar a las autoridades y la ciudadanía de que las fuentes de abastecimiento del agua potable de Lima y Callao corren riesgos debido a la construcción del proyecto minero Ariana. Este proyecto se viene construyendo en medio del sistema de lagunas de Marcapomacocha, de donde se realiza el trasvase de aguas del río Mantaro para abastecer la cuenca del río Rímac.
CooperAcción, junto a IDL y dos congresistas, presentaron una acción legal, que finalmente logró que en primera instancia se ordenara detener la construcción de dicho proyecto minero. Sin embargo, tras la apelación del Gobierno, el proceso legal sigue su curso.
Los riesgos sobre el agua de Lima son diversos y siguen latentes, pues recordemos que nuestra ciudad está construida en una zona desértica que depende de afluentes como el río Rímac y el río Chillón para su abastecimiento. Pero claramente estas fuentes son insuficientes. Además, como se está demostrando, se trata de fuentes muy vulnerables ante los fenómenos climatológicos acentuados por el cambio climático
Lamentablemente tenemos que llegar a situaciones extremas para tomar conciencia de que los efectos del cambio climático o, como ha sido calificado por la ONU, la ebullición climática, ya se están sintiendo con cada vez más intensidad a nivel global y por supuesto también en el Perú. Es hora de actuar y demandar que desde el Estado se asuma con urgencia una visión mucho más integral y transversal para afrontar estos retos, con acciones concretas para detener nuestra dependencia de los combustibles fósiles y para actuar de manera más efectiva en programas de adaptación y prevención de los efectos que ya estamos viviendo.
[1] ¿Cómo afectará el fenómeno de El Niño al Perú?
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