El camión igualitario y los pendientes en género de Las Bambas

Andrés Espinoza

Hace unos días la empresa Las Bambas compartía en sus redes sociales una foto de un camión rosado, como un paso hacia la inclusión y diversidad en sus trabajadores. Hubo diversas respuestas, la mayoría de ellas criticando esta acción debido a que el hecho simbólico no era en sí una acción que sumara a la lucha por la equidad de género. Si bien la empresa resalta su trabajo por la equidad de género entre sus trabajadores, debería recordar algunas tareas pendientes en esta materia que tienen relación con sus operaciones.


Imagen: La República

Un ejemplo es el caso del transporte de minerales en el corredor, que atraviesa más de 170 centros poblados y genera ruidos y temblores que afectan las viviendas de las personas que viven cerca. CooperAcción entrevistó a Guadalupe Soto, comunera del centro poblado de Pitij, distrito de Mara, provincia de Cotabambas y constatamosla afectación a sus cultivos, las rajaduras en su vivienda y otros impactos relacionados a su salud. Ella indicaba que se debía a la polvareda generada por los camiones de Las Bambas.

Otro caso tiene que ver con la viuda de uno de los fallecidos en la protesta del 2015 en Challhuahuacho. Se trata de Isaura Osteriano, defensora de Tambobamba que estuvo en una reunión con el ex relator de defensores de las Naciones Unidas, Michel Forst, comentando la situación que enfrentó junto a otras tres mujeres viudas al tener que asumir la crianza y educación de sus hijos.


Imagen: CNDDHH

También está el caso de Virginia Pinares. Ella es una defensora del distrito de Mara que ha sido denunciada luego de las protestas del 2015. Junto a otros defensores están esperando que su juicio se reanude para saber cuál será la sentencia. Virginia Pinares estuvo en la sede de Naciones Unidas en Ginebra para denunciar esta situación y exigir que no haya más criminalización hacia los defensores. Cabe recordar que en febrero de este año fueron absueltos otro grupo de defensores a los que se les acusó de haber generado disturbios y daños contra la propiedad dela empresa.

Para pasar de casos individuales a un análisis más situacional, debemos hablar del incumplimiento de MMG Las Bambas en identificar y evaluar de manera integral los actuales impactos de sus operaciones en las fuentes de agua. Recordemos que Las Bambas ha fragmentado sus estudios ambientales, lo cual ha contribuido a invisibilizar los impactos reales de sus operaciones, y en el caso ambiental debemos entender que esto afecta más a las mujeres por su relación más cercana con el cuidado del ambiente.

Hace 10 años, nuestra directora ejecutiva, Julia Cuadros, planteaba la siguiente recomendación en el libro: “Impactos de la minería en la vida de hombres y mujeres del Sur Andino: Los casos de Las Bambas y Tintaya”:

La incorporación del enfoque de equidad de género en la Responsabilidad Social no debe reducirse a la promoción de igualdad de oportunidades al interior de las empresas. […]. (Se debe) analizar si los beneficios de la actividad minera están llegando de igual manera a los varones y las mujeres de sus entornos poblacionales, ya que existe evidencia de que los riesgos e impactos negativos han afectado en mayor medida a las mujeres (2010, 95).

Diez años después de haberse planteado esta sugerencia, Las Bambas debería replantearse su trabajo por la equidad y la inclusión para analizar si realmente está contribuyendo con el cierre de brechas entre varones y mujeres, no solo dentro de su empresa, sino también y sobre todo en las comunidades que impacta como parte de su política de responsabilidad social empresarial y su debida diligencia. El camión rosado podría caer en lo que se conoce como purplewashing, que es un término que alude a acciones de marketing para apelar a un compromiso con la igualdad de género que no se evidencia en acciones reales, si es que MMG Las Bambas no aborda su compromiso con la equidad de género desde las tareas que se han señalado en este artículo.

13 de julio de 2020

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