Ecos de Perumin

Entre el 26 y 30 de septiembre se desarrolló en la ciudad de Arequipa la 35 Convención Minera -más conocida como Perumin-, evento que no se llevaba a cabo de manera presencial desde el año 2019. La pandemia obligó a organizarlo de manera virtual en los dos últimos años.

Considerado como uno de los principales eventos mineros de la región, que reúne a los diferentes actores vinculados a esta actividad, sobre todo del sector empresarial, lo cierto es que el Perumin es un buen termómetro para saber cómo está la temperatura de los empresarios mineros en el país.

El Perumin también puede ser visto como el momento más importante de la estrategia de incidencia del empresariado minero en el país. Es el momento en el que  exponen y buscan imponer su narrativa sobre lo que pasa con la minería en el país, lo que va acompañado de un conjunto de demandas, ya sea políticas que pretenden revertir o propuestas que el gobierno de turno debería implementar.

Por eso es importante ver cómo les ha ido en esta ocasión, en un contexto marcado por una fuerte inestabilidad política y un gobierno que ven con desconfianza pero que a estas alturas y, sobre todo después del Perumin, ya no les debe preocupar como antes.

Narrativa, pedidos y anuncios para recuperar la calma

El ministro de Economía y Finanzas, Kurt Burneo, y la ministra de Energía y Minas, Alessandra Herrera, fueron los primeros en llegar a Arequipa en representación del gobierno. La presentación del ministro Burneo debe haber sonado a música celestial a los empresarios mineros, sobre todo  cuando se refirió al tema tributario: “la normatividad tributaria se va a mantener tal cual”.

Si bien no era la primera vez que lo decía, sí confirmaba que el gobierno había decidido enterrar de manera definitiva la reforma tributaria que el exministro Pedro Francke anunció en los primeros meses de gestión y que había sido trabajada con el respaldo técnico del Fondo Monetario Internacional. Cabe recordar que la propuesta de reforma tributaria desató una feroz campaña de oposición de parte del empresariado minero.

Pero la cosa no acabó allí. La ministra de Energía y Minas, Alessandra Herrera, señaló el compromiso de promover la prórroga por cinco años de los beneficios tributarios para la exploración minera. De hecho, el Ejecutivo ha presentado al Congreso de la República el proyecto de ley que plantea extender hasta el 2027 la vigencia de las normas que devuelven el Impuesto General a las Ventas y el Impuesto de Promoción Municipal en un plazo de 30 días hábiles para la exploración, lo que representa un costo anual para el fisco de 49 millones de soles.

En la sesión final del Perumin, el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, ratificó estos anuncios y fue un poco más allá: “El gobierno va a promover la exploración minera. Sin proyectos de exploración no hay minería en el futuro”. Además anunció que se buscará simplificar los trámites administrativos para que “sus inversiones en el Perú estén seguras”.

Ya sabemos que cuando se habla de simplificación de trámites administrativos en nuestro país, los pedidos de los empresarios siempre apuntan a los instrumentos ambientales, como por ejemplo los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) y la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que en los últimos años ya se han debilitado. ¿Se pretende seguir debilitando estos instrumentos? Que quede claro que desde el año 2013, como consecuencia de los “paquetazos ambientales”, con leyes y decretos supremos, la calidad de la evaluación ambiental ya ha sido fuertemente golpeada. En todas partes en el mundo, a los proyectos de exploración minera se les exige presentar un EIA o una DIA, instrumentos que son evaluados con mucho rigor.

En todo caso, todo indica que nuevamente se ha impuesto la narrativa de las empresas que siguen apuntando a señalar que las inversiones prefieren irse a otros países porque, entre otras variables, los permisos ambientales demoran más que en otros países. Lo cierto es que este tipo de afirmaciones no se respaldan en datos concretos: por ejemplo, la inversión en exploración minera ha estado creciendo y ya se encuentra en los niveles prepandemia y, en todo caso, la experiencia peruana e internacional muestra que esta es una variable fuertemente correlacionada con la evolución de las cotizaciones internacionales.

El Perumin ha cumplido su objetivo. El gobierno ha respondido en positivo a las principales demandas del empresariado minero, aunque los problemas de fondo que se presentan en las zonas de influencia directa de esta actividad y que están a la base de la conflictividad social, siguen sin ser abordados.

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