El proyecto “El algarrobo” en Tambogrande
El pasado 17 de octubre fue publicado en el diario oficial El Peruano el acuerdo de Proinversión, en el que se incorpora el proyecto “Gestión, Social, Diseño y Ejecución de Proyectos de Infraestructura Hidraúlica, Construcción, Implementación y Explotación de las Concesiones Mineras integrantes del Yacimiento TG-3 del Proyecto Algarrobo”.
Imagen: Semana económica
De esta manera el mencionado proyecto (US$350 millones) se incorpora al proceso de promoción de la inversión privada bajo el esquema de transferencia de activos. El Algarrobo se ubica en el distrito piurano de Tambogrande y representa una inversión de US$350 millones.
Cabe señalar que El Algarrobo no es otra cosa que el yacimiento TG-3, uno de los tres yacimientos que formaron parte en su momento del controvertido proyecto Tambogrande, que fue impulsado en su momento por la empresa canadiense Manhattan Minerals en los primeros años del siglo XXI. Como se sabe, el año 2002 se organizó la primera consulta ciudadana en América Latina sobre un proyecto minero y luego de marchas y contramarchas fue paralizado el año 2003.
Ahora se trata de un proyecto de iniciativa privada que a la fecha se encuentra en la etapa de formulación. Esta etapa comprende la evaluación técnica, económica y financiera del proyecto de la Asociación Público Privada (APP), y la elaboración del Informe de Evaluación, advirtiendo las dificultades o trabas futuras.
Como se recuerda, la empresa canadiense Manhattan Minerals pretendió explotar Tambogrande en los, primeros años del siglo XXI, empezando por la zona de oro localizada debajo del poblado del mismo nombre, conocida como TG-1.Se trataba, no obstante, de una iniciativa condenada al fracaso.
“El desarrollo de esta propuesta implicaba el reasentamiento del centro poblado de Tambo Grande, la reubicación del cementerio, la alteración del cauce del río Piura, la afectación de áreas de cultivo con gran impacto ambiental (…) Esto motivó el rechazo de la población al proyecto”, según reconoce ProInversión.
En esta oportunidad -.según Proinversión- El Algarrobo excluiría el TG-1 y se focalizaría en TG-3, yacimiento localizado al sur del anterior, en una zona menos sensible. Según información histórica, TG-3 alberga 82 millones de toneladas de mineral con 1% de cobre, 1,4% de zinc y 3,8 gramos por tonelada de oro.
ProInversión ha señalado que el proponente del proyecto deberá desarrollar varias iniciativas sostenibles antes de ejecutar la inversión, como la generación de agua para consumo humano y la promoción de un parque industrial agropecuario. De esta manera pretenden neutralizar las resistencias que genera la minería en la zona.
Hace poco el distrito de Tambogrande volvió a estar en el centro de la atención cuando el fugaz Presidente del Consejo de Ministros en el Congreso de la República señaló que en esta localidad se había producido un “desastre ecológico” por la actividad minera ilegal, comparable con lo ocurrido en Madre de Dios.
Rápidamente, la versión de Cateriano fue desmentida por el alcalde de Tambobrande, pobladores de ese distrito y varios expertos en el manejo de imágenes satelitales. En la zona mencionada por el ex presidente del Consejo de Ministros no existe minería ilegal; el predio al que hacía referencia no se sobreponía a ningún área natural protegida; tampoco había indicios de un desastre ecológico y mucho menos hay un dinamismo acelerado del cambio del uso del suelo en grandes extensiones como suele suceder en zonas impactadas por minería ilegal. En suma, una completa patinada.
Actualmente, las concesiones mineras tituladas y en trámite en Tambogrande, según Ingemmet, ocupan el 39.5 % (58 861. 95 hectáreas) de todo el territorio del distrito. Las presiones de la minería no cesan, aunque es importante subrayar que la resistencia de la población tampoco.
19 de octubre de 2020
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