¿Cómo van las concesiones mineras en el Perú?

Según la última actualización del Geoportal de CooperAcción (mayo 2025), las concesiones mineras ocupan 19’985,472.64 hectáreas, lo que representa el 15.51% del territorio nacional.

En el siguiente gráfico se observa que en los últimos años la evolución de las concesiones mineras se ha mantenido estable. Observando los datos de la evolución en el presente siglo, por ejemplo, en el período 2003 – 2013 se produjo una expansión notable de las concesiones en buena parte del país. Era el período del súper ciclo de precios de los minerales y el boom de las empresas exploradoras junior que, con el respaldo de los mercados financieros, expandieron sus operaciones por todo el mundo. El Perú, por ese entonces con un vasto territorio por explorar, se convirtió en uno de los principales destinos de las inversiones en exploración en el planeta.
Luego, entre el 2014 y el 2016, se produce un descenso; es el período del post súper ciclo, en el que la inversión minera a nivel global se contrajo. A partir del 2016 para adelante, salvo algunas ligeras variaciones, se puede observar una cierta estabilidad

En el siguiente gráfico y cuadro, se puede apreciar la situación de las concesiones por departamentos, tanto el número de hectáreas como el porcentaje que ocupan. Apurímac, La Libertad, Ancash, Moquegua y Lima, aparecen como los departamentos porcentualmente más concesionados (entre el 55.9% y el 43.8% de sus territorios), mientras que, en términos de extensión de superficie concesionada (número de hectáreas), son Arequipa, Puno y Áncash las regiones con un área más extensa bajo concesión, con 2´546,794 hectáreas, 1´896,744 hectáreas y 1´776,269 hectáreas, respectivamente. En el otro extremo, son los departamentos amazónicos los que presentan una menor presencia de concesiones mineras en sus territorios.


¿Por qué con los actuales precios de minerales, sobre todo en el caso del cobre y el oro, las concesiones mineras no se han reactivado como ocurrió durante el anterior super ciclo de precios de los minerales?
Identificamos tres factores principales que pueden explicar esta situación. El primero, tiene que ver con el hecho que, comparativamente, el territorio peruano hoy en día está bastante más explorado que hace 30 años: se puede apreciar en la primera figura que, a inicios de la década del 90 del siglo pasado, las concesiones mineras ocupaban menos de 3 millones de hectáreas y llegaron a ocupar algo más de 26 millones de hectáreas en el momento pico de expansión (2013). Había mucho por explorar, sin embargo, esta situación ha cambiado como consecuencia de la intensa actividad exploratoria y la adjudicación de concesiones de los últimos 30 años, que ha traído como resultado el descubrimiento de varias reservas de minerales en el territorio nacional.
En ese sentido, cabe acotar que, si bien la actividad exploratoria y las concesiones mineras sufrieron una marcada caída a partir del fin del super ciclo de precios de los minerales, desde el año 2016 la superficie total concesionada se ha estabilizado en un nivel históricamente alto (en torno a los 19 y 20 millones de hectáreas), como se puede observar en el mismo gráfico. Es factible que dicha estabilidad de las concesiones mineras a un nivel alto se explique, en parte, por los frutos de la exploración previa, lo cual motiva que los diversos titulares mineros mantengan vigente el control sobre estos predios. Ello puede estar reduciendo la volatilidad o variación drástica de la superficie adjudicada.
Un segundo factor se relaciona con el contexto que vive la economía global, en medio de múltiples incertidumbres: una economía que no termina de recuperarse, luego de la crisis de la pandemia; los escenarios bélicos que no cesan de aumentar en diferentes partes del planeta; los eventos climáticos extremos que cada vez golpean más fuerte a un mayor número de países; y de manera más reciente, la guerra comercial que se ha desatado entre las principales potencias globales, que podría provocar un posible escenario de recesión. En este contexto de fuerte inestabilidad, los mercados financieros siguen siendo bastante cautos para financiar emprendimientos de larga maduración, como es el caso de la minería.
Por último, un tercer factor tiene que ver con la expansión de la minería informal e ilegal, y cómo su crecimiento puede estar influyendo en la cifra nacional de concesiones. Aunque algunos de los mineros informales sí pueden cumplir con esta formalidad, otros no hacen petitorios necesariamente, ni esperan conseguir una concesión para empezar a operar. Así, parte importante de la actividad minera nacional puede estar siendo canalizada de manera creciente a través de estas modalidades (incluso se sabe de empresas formales que compran mineral de origen informal/ilegal), escapando al sistema de catastro minero, asociado inicialmente a la formalidad, e incidiendo en que la superficie de concesiones no se incremente hoy tan significativamente.
La evolución futura de las concesiones será un indicador clave para anticipar una posible reactivación de los presupuestos de exploración, sobre todo si los precios de los minerales de la transición energética siguen estando al alza.
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