EDITORIAL: SE ACABA EL AÑO CON VARIOS PENDIENTES EN MINERÍA
El 2025 termina con varios temas pendientes en la agenda vinculada a la minería. Para comenzar, está el tema de la minería artesanal y en pequeña escala y la nueva ampliación del Reinfo que sigue siendo el mecanismo utilizado para evitar los temas que nadie quiere abordar.
Nadie quiere asumir la responsabilidad de revisar en serio el marco legal vinculado a la minería en todos sus estratos. Nadie quiere discutir en serio si en el Perú se debe revisar la política de concesiones mineras. A estas alturas, como lo mencionamos en el editorial del mes pasado, se debería reconocer que no solo se trata de elaborar una ley específica para este tipo de minería (Ley MAPE), sin mirar el marco legal e institucional de toda la minería.
Tampoco se encara a los grupos de interés vinculados a este tema y se les plantea la pregunta del millón: ¿cuánto están dispuestos a ceder en sus agendas particulares o de grupo para encontrar una salida a la problemática de la minería artesanal, en pequeña escala e informal? Si estos grupos no ceden en sus posiciones, seguiremos entrampados y llegará una próxima fecha de vencimiento de vigencia del Reinfo y la opción más sencilla seguirá siendo aprobar una nueva ampliación.
Pero hay otros temas pendientes en la agenda que no vienen ocupando el espacio que deberían. Uno de ellos es el del aporte tributario de la minería. En medio de un ciclo de precios altos del cobre, el oro y la plata, como nunca antes se había visto, la tributación minera no termina de despegar: si bien la presión tributaria ha mostrado una ligera mejora hasta octubre de 2025, ubicándose en 15.2% del PBI, el aporte minero representa apenas 1.9%, muy por debajo del anterior súperciclo de precios de los minerales. Los registros muestran que, en el período 2003 – 2012, hubo años en que se alcanzó una presión tributaria por encima del 16% del PBI y un aporte minero cercano al 4%.
Si se trata del Impuesto a la Renta de tercera categoría, los últimos datos de la Sunat muestran que el aporte de la minería, incluida la regularización, representa el 24% del total recaudado, muy por debajo del pico que se alcanzó el año 2007 (50.9%). Lo mismo ocurre con el aporte minero al total de tributos internos (13.6%).
Este comportamiento pone en evidencia las limitaciones de las políticas tributarias vigentes que no permiten captar los ingresos extraordinarios que están teniendo las empresas mineras. Habrá que ver si se pone en agenda la posibilidad de revisar la política tributaria vinculada a la minería.
Como muestra la historia reciente, los ciclos de precios altos no son eternos y el país debería tener los instrumentos necesarios para capturar una parte de los ingresos extraordinarios que las empresas vienen obteniendo.
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