El Niño y la economía

José De Echave C.

José De Echave C.

El costo que representan los eventos climáticos a nivel global es enorme, aunque por el momento difícil de precisar. Sin embargo, se vienen haciendo algunas aproximaciones: un informe elaborado por la institución británica Christian Aid calculó que el costo de los diez desastres meteorológicos extremos ocurridos en todo el mundo el año 2022 supera los 168 mil millones de euros. Sin embargo, esta evaluación sólo tomaba como referencia las pérdidas registradas cubiertas por las aseguradoras. Por lo tanto, es probable que los costos reales estén por encima de lo que se ha proyectado en este informe: “los verdaderos costes financieros son aún más altos, mientras que los costes humanos a menudo no son contabilizados”, ha reconocido la mencionada institución británica.

El Niño costero Archives | Instituto Peruano de Economía
Foto: Instituto Peruano de Economía

En la actualidad, organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización para el Desarrollo Económico, el Panel Intergubernamental de Científicos en Cambio Climático, entre otras instituciones, han comenzado a proyectar los costos del cambio climático. Lo cierto es que, en todos los cálculos, las cifras  van en aumento. Por ejemplo, según la Global Commision on Adaptation, en todo el planeta se debería invertir no menos de US$ 1.8 billones hasta el 2030 para que los países puedan prepararse y hacer  frente a los efectos del calentamiento global.

Algunos de los componentes de esta inversión tienen que ver con desarrollar una mayor capacidad de alerta meteorológica, infraestructura que permita hacer frente a eventos que serán cada vez más extremos, protección de ecosistemas, gestión del agua, agricultura en tierras secas, etc. La premisa debería ser que la prevención permite proteger a las poblaciones, sobre todo a las más vulnerables, así como la infraestructura estratégica de los países y sus sistemas productivos. Y eso, definitivamente, es menos costoso que reconstruir cada cierto tiempo los graves daños que generan los eventos climáticos extremos.

En el caso de América Latina, las estimaciones de los costos económicos del cambio climático se sitúan entre el 1.5% y el 5% del PBI regional y el Perú no es la excepción. Más aún por su situación geográfica y climática, la alta dotación de bienes naturales, como los bosques primarios amazónicos y en general su gran biodiversidad, lo hacen especialmente vulnerable: proyecciones realizadas hablan de pérdidas equivalentes al 6.3% del PBI al 2030 y si no se reacciona a tiempo, suben a más del 20% al 2050[1]. Según un reciente informe del Banco Mundial[2], sequías, inundaciones, deslizamientos de tierras, contaminación de fuentes de agua, ausencia de saneamiento seguro para la población, representan un costo entre US$ 8 400 millones y US$ 13 400 millones por año.    

¿Cómo golpeará el nuevo Niño global la economía peruana?

Como lo recuerda el Ministerio del Ambiente, durante el siglo XX y hasta los Niños extraordinarios de 1982/83 y 1997/98, habían ocurrido 25 episodios de este fenómeno con diferente intensidad. Además, “En lo que va del siglo XXI, de acuerdo al índice ONI (Oceanic Niño Index), se han presentado cuatro episodios El Niño en el Pacífico central: dos de intensidad débil (años 2004/05 y 2006/07) y dos de intensidad moderada (años 2002/03 y 2009/10)” (Minam). Todos estos episodios han tenido un impacto en la economía peruana, sobre todo dependiendo de la magnitud y la poca preparación para enfrentar el fenómeno. El balance siempre ha sido deficitario. Quizás, el caso más dramático fue el impacto del El Niño de 1982/83, que provocó una caída de más del 10% del PBI.

El Ministerio de Economía y Finanzas ha estimado que, en esta ocasión, el impacto del Fenómeno El Niño en la economía peruana podría representar entre 1% y 2% del PBI, lo que equivaldría a pérdidas económicas de hasta 18 mil 600 millones de soles. De hecho, en la presentación del último reporte de inflación, el presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde, mostró algunas cifras que confirman que la economía peruana no va bien, situación que se puede agravar. Para comenzar, se proyecta que el crecimiento de este año estará por debajo de lo estimado, bajando de un 2.6% a 2.2%, aunque la mayoría de analistas coinciden en señalar que en realidad el crecimiento será menor al 2%. En relación al Niño, el presidente del BCRP ha señalado que “ya se está sintiendo (los efectos económicos) y se espera con más fuerza en el cuarto trimestre y el próximo año”.

Otras cifras confirman la situación complicada: la inversión privada ha caído 2.5% y la inversión pública, en el mes de mayo, ha retrocedido 15%. Además, la economía peruana se queda sin espacio fiscal: ante el menor dinamismo económico y la caída de ingresos, para mantener el déficit fiscal en el rango establecido, seguramente se implementarán  políticas contractivas que van a reducir la demanda interna, lo que en la práctica significa bajos niveles de crecimiento para lo que resta del año.

Sin contar el período de la pandemia, es casi seguro que este año tendremos el crecimiento más bajo de los últimos 15 años. El agro ha tenido la peor caída de las últimas tres décadas (14.21%) y todo indica que el sector pesca terminará con un retroceso de 15%. En el acumulado del año, ya estamos con un crecimiento negativo de 0.24%  y las cifras preliminares de mayo anuncian un crecimiento de cero.

Los eventos climáticos que han golpeado buena parte del país en los primeros meses del 2023, como el ciclón Yaku, el Niño Costero y el anuncio del nuevo Fenómeno del Niño global, obligan a que el país se prepare con urgencia, identifique los diferentes riesgos y vulnerabilidades que se presentan a lo largo y ancho de su territorio, fortalezca instrumentos y una institucionalidad que, si bien existe, todavía muestra signos de precariedad y de poca influencia dentro del aparato del Estado y en la cadena de toma de decisiones. Está claro que en el caso peruano no funciona la premisa que apunta a señalar que la prevención es menos costosa que reaccionar cuando el evento climático extremo ya golpeó y sólo queda reconstruir los daños[3]


[1] Vargas Paola (2009): El Cambio Climático y Sus Efectos en el Perú. Banco Central de Reserva del Perú. Lima.

[2] Banco Mundial: Perú, Acciones Estratégicas Para La Seguridad Hídrica. Junio 2023.

[3] Experiencias como la de Reconstrucción con Cambios, muestran que este componente también es altamente deficiente.   

10 de julio de 2023

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