El estallido social afecta la producción de Las Bambas y otras mineras

Desde el inicio de las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte y el Congreso, varias empresas mineras han visto su producción afectada a causa de los bloqueos de rutas y, en algunos casos, ataques directos a sus instalaciones. En un contexto global de crecimiento en la demanda de cobre, la crisis en el Perú, segundo productor más importante de este metal, está en la mira de inversores y analistas.

Según una estimación de la agencia Bloomberg, las protestas ponen en peligro alrededor del 30% de la producción peruana de cobre, valorizada en casi US$ 4000 millones, principalmente en el sur. También están afectados otros metales. Entre las minas afectadas, están la mina de estaño San Rafael de Minsur SA en Puno, Glencore-Antapaccay en Espinar y MMG Las Bambas en Apurímac. También, Cerro Verde de Freeport-McMoRan, en Arequipa, había reducido la producción entre 10 a 15% para ahorrar insumos, ante la interrupción del transporte.

Las pérdidas en la producción peruana coinciden con problemas regulatorios en Chile y la amenaza del cierre de una mina en Panamá, donde el gobierno busca una mayor participación en sus beneficios, junto con una mayor demanda de China, según Bloomberg.

Adicionalmente, se han reportado cierres o afectaciones en la mina de zinc Atacocha San Gerardo (Nexa Resources), por un bloqueo a finales de 2022, de Constancia (Hudbay) en Chumbivilcas, de la mina Utunsa (Anabi) en Apurímac/Cusco (por un ataque, el 20 de enero) y de la mina de plata Julcani (Minas Buenaventura) en Huancavelica (por un ataque, el 5 febrero).

El medio mining.com cita al analista de materias primas, Colin Hamilton: «A medida que los disturbios sociales fomentan las perturbaciones, prevemos que los envíos [de cobre] desde Perú se verán afectados en los próximos meses, ya que el Congreso no da señales de convocar elecciones generales en un futuro inmediato».

Sin embargo, la mina Glencore-Antapaccay ha retomado sus operaciones el 31 de enero, después de haber estado cerrada por 11 días, en reacción a tres ataques a sus instalaciones y vehículos. La empresa informa que ha “reforzado las medidas de seguridad”.

Por otro lado, MMG Las Bambas, que normalmente produce alrededor del 2% del consumo global de cobre, anunció en febrero que ha logrado obtener algunos suministros críticos. Esto le permitiría continuar la producción en un nivel reducido, según la agencia Reuters. Sin embargo, la empresa alerta que «los niveles de suministros críticos siguen siendo bajos y, si la situación no cambia, Las Bambas se verá obligada a iniciar un periodo de cuidado y mantenimiento».

Reuters ha analizado los datos de consumo de energía de la mina Las Bambas y constató que a inicios de febrero cayó al 50% de lo normal, indicando una reducción significativa de sus operaciones. Desde julio del 2021, se trata ya de la séptima vez que el consumo de energía cae a 50% o menos de lo usual.

La apertura forzada de los corredores viales por la policía, la imposición de estados de emergencia, y la criminalización de líderes sociales pueden aliviar momentáneamente los problemas de suministro de las mineras. A pesar de ello, existe una alta probabilidad de que las paralizaciones de las actividades mineras a causa de los conflictos sociales seguirán perjudicando el plan de negocios de las propias empresas y la cadena de suministros global de minerales.

El vocero de CooperAcción, Paul Maquet, constató que “las empresas mineras en el Perú y sus casas matrices deberían estar entre los primeros interesados en que la crisis sociopolítica actual se resuelva de una manera duradera, lo que implica lograr acuerdos de fondo sobre los cambios en el pacto social que las comunidades están reclamando en los territorios».

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