EL GOBIERNO DEL BICENTENARIO: DEL DISCURSO A LA PRÁCTICA
Había la expectativa de que el bicentenario no fuese una fecha cualquiera. Sin saber exactamente cómo, los peruanos y peruanas aspirábamos a que esta fecha se convierta en un hito en la historia del país; un anhelado antes y un después. Por lo tanto, era un momento que debía estar lleno de simbolismos.
Además, se sabía que el año del bicentenario iba a coincidir con un proceso de elecciones generales y, por lo tanto, el inicio de un nuevo gobierno. Qué hecho más simbólico que, precisamente, en el año del bicentenario, el Perú haya elegido como Presidente de la República a un maestro rural, rondero y agricultor. Un personaje que simboliza a todo aquello a lo que el Perú oficial le dio la espalda en estos 200 años de vida republicana.
El discurso presidencial
El discurso del presidente Castillo el 28 de julio ha recordado todos estos aspectos. Su rápido repaso ha permitido afirmar lo que han sido estos 200 años en materia de exclusión: “las castas y diferencias que hasta hoy existen”; “Los aborígenes siguieron siendo explotados”; “Hasta los pasados años sesenta, muchas haciendas se vendían con campesinos adentro. Incontables peruanos seguíamos viviendo en servidumbre”.
Castillo ha subrayado que “Es la primera vez que nuestro país será gobernado por un campesino, una persona que pertenece como muchos de los peruanos a los sectores oprimidos por tantos siglos”. “Quiero que sepan que el orgullo y el dolor del Perú profundo corren por mis venas. Que yo también soy hijo de este país fundado sobre el sudor de mis antepasados, erguido sobre la falta de oportunidades de mis padres y que a pesar de eso yo también los vi resistir. Que mi vida se hizo en el frío de las madrugadas en el campo y que fueron también estas manos de campo las que cargaron y mecieron a mis hijos cuando eran pequeños. Que la historia de ese Perú tanto tiempo silenciado es también mi historia”.
Ese es el significado del flamante gobierno de Pedro Castillo que deberá concretarse en varias de las propuestas que ha anunciado. En primer lugar una asamblea constituyente que deberá ser popular, plurinacional y con equidad de género, respetando el marco de la ley y con los instrumentos legales que la propia constitución vigente proporciona.
Y en materia de la gestión de nuestros bienes naturales, las actividades extractivas y la agenda ambiental, ha anunciado varias líneas de acción que esperamos puedan aterrizar en políticas concretas. Por ejemplo, se ha anunciado que los proyectos mineros deberán tener un criterio de rentabilidad social, es decir, que dinamicen la economía local, regional y nacional; que aporten al ingreso nacional; con salarios y condiciones de trabajo justas; con transferencia tecnológica y que promuevan y preserven la cultura y el medio ambiente. “Si un proyecto no tiene rentabilidad social, no va», afirmó.
En relación a la minería, plantea poner orden, lo que significa reglas claras, escenarios sin sorpresas para los actores, expulsando a la corrupción; “haremos lo posible para producir más y con mayor valor agregado”. También ha anunciado que su gobierno está dispuesto a recuperar la soberanía sobre todos nuestros recursos naturales y que esa es una de las razones principales de buscar una nueva Constitución Política.
En materia ambiental, el presidente Castillo ha subrayado la necesidad de crear instrumentos estratégicos como el Plan de Acción de la Estrategia Nacional de Diversidad Biológica, el Plan Nacional de Aplicación del Convenio de Estocolmo y el de Metales Pesados, Metaloides y Sustancias Químicas Tóxicas, entre otros. “Necesitamos un Ministerio del Ambiente que sea capaz de poner freno a la degradación ambiental, la deforestación de nuestros bosques, la vulnerabilidad frente al cambio climático, que garantice estándares de calidad ambiental, que apueste por una minería sostenible, así como un tránsito a una economía socialmente inclusiva, baja en carbono”. Es sumamente positivo que también se haya anunciado la concreción de una Ley de Ordenamiento Territorial y la zonificación económica y ecológica.
En el ámbito ambiental, también cabe resaltar la meta de lograr una economía carbono-neutral para 2050 en el marco de la lucha global contra la emergencia climática, y la ratificación de las metas de reducción de emisiones gases de efecto invernadero al 40% al 2030.
También ha sido muy importante la referencia a la Amazonía y el compromiso de revertir la actual tendencia de deforestación. “La Amazonía es la principal herencia que dejaremos a las próximas generaciones y cumpliremos nuestras responsabilidades con esta parte del mundo. Es mi compromiso”, ha señalado el presidente en este su primer discurso.
En medio de todos estos anuncios, quizás una ausencia importante ha sido la necesaria ratificación del Acuerdo de Escazú y la protección de nuestros defensores ambientales que siguen siendo asesinados en diferentes zonas del país.
La práctica
El reto es que todos estos anuncios se materialicen en iniciativas concretas. Esa será la tarea del gabinete y los equipos técnicos que acompañarán al presidente Castillo. De lo que simbólicamente ha representado esta primera jornada del nuevo gobierno, habrá que pasar al momento de las concreciones.
Sin embargo, frente a esos desafíos, el primer gabinete del presidente Castillo ofrece más dudas que certezas en algunas carteras clave. En particular en el sector Ambiente, donde el flamante ministro, el abogado Rubén Ramírez, no registra experiencia previa en estos temas; de igual manera ocurre con el empresario Iván Merino en Energía y Minas, sector donde el Gobierno pretende implementar importantes reformas. Así mismo, preocupa que no se haya podido presentar al titular de Economía y Finanzas, sector que tendrá a su cargo la reforma tributaria. Todo ello en el contexto del nombramiento del premier Guido Bellido, que ha causado más polémica que consensos.
Esperamos que el nuevo Gabinete de muestras de apertura al diálogo amplio y democrático, y pueda fortalecer técnicamente los sectores que deberán impulsar el ambicioso plan de reformas propuesto por el presidente Castillo.
29 de julio del 2021
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