Organizaciones indígenas del Cenepa exigen participar en comandos operativos COVID-19

A un poco más de un mes de cuarentena, en el Perú se ha puesto en evidencia las grandes brechas de la desigualdad socio-económica y territorial en nuestro país. Queda claro que no todas las personas somos ciudadanos con derechos asegurados.

El COVID-19 llegó primero a las grandes urbes y con el paso de los días, las estadísticas muestran que la pandemia se va extendiendo al resto del país y ya llegó a las zonas rurales e indígenas. Si bien en su camino el virus no discrimina, lo cierto es que va afectando de manera más dura a los sectores más pobres. Lamentablemente, la  precariedad, la falta de servicios básicos  y la marginalidad recortan las posibilidades de enfrentarlo.

Para los pueblos indígenas u originarios la realidad del COVID-19 no sólo puede ser una catástrofe, sino además puede implicar el riesgo de su desaparición. A estas alturas, se puede constatar que el COVID-19 ya está en territorios de los pueblos indígenas u originarios. Es decir, lo que se advertía en las primeras semanas, hoy es una realidad innegable.

En medio de ello, las comunidades y organizaciones de bases en los diferentes territorios están acatando lo dispuesto, pero al mismo tiempo, adaptándolo a su propio contexto e institucionalidad. El control y la gestión de sus territorios forma parte de su práctica ancestral y este atributo es respaldado por la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 y la Constitución Política del Perú.

Sin embargo, cuando hay poca comprensión y valoración del mundo indígena no se establece una comunicación y una relación adecuada entre las autoridades del Estado y las autoridades indígenas. El resultado es la poca eficacia en las intervenciones y los conflictos, como ha ocurrido la semana pasada en la cuenca del Bajo Cenepa cuando el alcalde del distrito del Cenepa (provincia de Condorcanqui, región Amazonas) llegó a la capital de Huampamí con miembros del Ejército para acatar el resguardo y seguridad de la población awajún. Las organizaciones comunales solicitaron coordinar y acatar el protocolo sanitario establecido por dichas organizaciones.

Imagen: ODECOFROC

Al respecto es necesario mencionar que la población, los licenciados reservistas awajún de la zona, las autoridades comunales de la cuenca del bajo Cenepa y la Organización del Desarrollo de las Comunidades Fronterizas del Cenepa (ODECOFROC), reunidos en asamblea el 12 de abril decidieron tomar el control de sus territorios y establecer un reglamento interno con los acuerdos adoptados por unanimidad y que resumimos a continuación:

  1. El pueblo del Bajo Cenepa autoriza a los licenciados awajún del Ejército del Perú a asumir responsablemente el control en la boca del río Cenepa (la entrada) para evitar el ingreso de personas y todo tipo de embarcación fluvial.
  2. Habiéndose comprobado el control deficiente de los militares y el abandono de sus puestos de control, así como la falta de respeto a las mujeres indígenas, no se permitirá su participación.
  3. El control será las 24 horas y en el día solo se permitirá el tránsito en caso cumpla el protocolo de salud.
  4. Las personas que proceden de las ciudades deberán traer documentos que garantice su estado de salud para no contagiar a la población y, además, será aislado por un periódo de 20 días”[1].

Es importante recordar que esta zona ya presenta indicadores de afectación grave por VIH (los más altos de la región Amazonas), diabetes y desnutrición crónica. Esta situación se agrava por el contexto de pobreza extrema y la ausencia de servicios básicos.

Frente a esta situación, es importante que las autoridades del Estado peruano (en sus tres niveles) trabajen en conjunto con las organizaciones indígenas de base regional, además de hacerlo directamente con las comunidades. Esto potenciaría cualquier acción y evitaría que la situación se salga de control. La Defensoría del Pueblo ha recomendado: “COORDINAR y ARTICULAR con las organizaciones representativas de pueblos indígenas de alcance nacional y regional, con la finalidad de adoptar estrategias de atención, con pertinencia cultural, respecto a las necesidades y preocupaciones que se presentan”[2].

En conclusión, las organizaciones indígenas comunales, regionales y nacionales son un actor central para controlar la expansión de la pandemia y la crisis que se proyecta. Nadie mejor que los directamente interesados para  pensar e imaginar estrategias para afrontar el COVID-19 y la dura situación económica que se vive.

Imagen: Acta de reunión del 17/04 con autoridades indígenas, ODECOFROC y alcalde de Cenepa.
[1] Ver: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=2935183343206413&id=100001443283229?sfnsn=mo&d=n&vh=i
[2] DEFENSORIA DEL PUEBLO. OFICIO Nº 118-2020-DP/AMASPPI

22 de abril de 2020

Compartir: