REFORMA TRIBUTARIA YA (EDITORIAL BOLETÍN ACTUALIDAD MINERA)

Como ha ocurrido antes, los empresarios mineros han desatado una millonaria campaña, esta vez en contra de la anunciada reforma tributaria. Los spots se reproducen a diario en horario estelar en varios medios de comunicación: “el gobierno piensa subir agresivamente los impuestos a la minería” es uno de los mensajes que vienen transmitiendo.

No es la primera vez que desde el sector empresarial se implementan campañas de este tipo. Algunos ejemplos: cuando en el primer quinquenio del siglo se comenzó a discutir la posibilidad de crear una regalía minera, también se desató una oposición rotunda, con campaña en medios incluida e incluso 20 empresas mineras llegaron hasta el Tribunal Constitucional (TC), buscando derogar la norma. Posteriormente, también se opusieron al impuesto a las sobreganancias mineras en medio del súper ciclo de precios (2003-2012) y lograron reemplazarlo por un cuestionable aporte voluntario, lo que se conoció como “el óbolo minero”.

En un ámbito tributario más amplio, cuando el país buscaba adecuarse a estándares internacionales para combatir la elusión tributaria, se aprobó en julio del año 2012 la Norma XVI o Norma Anti Elusión. Sin embargo, como consecuencia de la presión de los principales grupos de poder económico, entre ellos los mineros, la norma antielusiva nunca fue aplicada y posteriormente fue suspendida en julio del año 2014 (con la ley 30230).

Ahora se repite la historia con argumentos que, por lo menos, se pueden calificar como inexactos. ¿Se piensa subir agresivamente los impuestos a la minería? La respuesta es no. El ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke, ha señalado en reiteradas ocasiones que no se busca afectar la competitividad del país y es por eso que la reforma está siendo diseñada con organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que aportan no solamente su capacidad técnica en esta materia sino también el análisis comparado con otros países productores de minerales. También se ha señalado que no se crearán nuevos impuestos y que se va a trabajar sobre la reforma que se implementó el año 2011.

Se calcula que este año los ingresos extraordinarios del sector minero en el Perú bordearán los US$ 13 600 millones adicionales, básicamente por el factor precios. ¿Acaso el Estado peruano no tiene el derecho de diseñar instrumentos para una mayor captura de la renta extractiva minera que, como se sabe, es un bien natural no renovable? El anterior súper ciclo de precios de los minerales se nos pasó y recién al final del período se intentó diseñar una reforma para una mayor captura de la renta minera. No deberíamos repetir el mismo error.

Además, no debemos perder de vista que a nivel internacional se vienen sentando las bases de una nueva fiscalidad más progresiva, con instrumentos para combatir flagelos como el fraude fiscal internacional y la consecuente erosión de las bases imponibles que perjudican gravemente a los países. Ya se han puesto en marcha algunos instrumentos, como el plan BEPS de la OCDE1 o la iniciativa BICCIS de la Unión Europea2 y todo indica que se seguirán generando otros mecanismos complementarios para que el progreso de este tipo de iniciativas sea más expeditivo y se contrarreste de manera efectiva el fraude fiscal.

Los llamados hacia una tributación progresiva no cesan en el actual contexto y vienen de actores diversos e impensados hasta hace poco, como es el caso de Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, los países de la OCDE, etc. “Los Gobiernos deben tomar medidas para mejorar el cumplimiento tributario, y evaluar la aplicación de impuestos más altos para los grupos más acaudalados y las empresas más rentables”, ha reclamado Vitor Gaspar, director del Departamento de Finanzas Públicas de este organismo. En la misma línea, la directora de ese organismo, Kristalina Georgieva, ha pedido que los países apuesten por “adaptar el sistema fiscal al mundo del siglo XXI y hacerlo más equitativo”, que los impuestos deben ser más progresivos y que las grandes empresas y los que más tienen deben pagar “lo justo” en un contexto de merma generalizada de los ingresos públicos.

Sobre todo en un país como el Perú que tiene una de las más bajas presiones tributarias de la región, existen fundamentos sólidos para llevar adelante una reforma tributaria de carácter estructural. Se necesitará mucha voluntad política para empujar la reforma que lo que busca es mejorar los ingresos fiscales de manera permanente, con medidas que van desde la lucha contra la evasión y la elusión, la ampliación de la base tributaria y lograr la progresividad, elevando las tasas a los sectores de más altos ingresos, como ocurre en los países de la OCDE. Por lo tanto, hay que tener -mucho cuidado con las campañas que lo que buscan es desinformar.


1 El Plan de Acción contra la Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios, conocido por sus siglas en inglés BEPS (Base Erosion and Profit Shifting). Propuesta de la OCDE que pone de relieve la importancia de integración de las políticas fiscales internacionales.

2 Base Imponible común y consolidada del impuesto a las sociedades de la UE. El objetivo de la directiva BICCIS es fijar un conjunto único de normas para el cálculo de la base imponible de las empresas al interior de la UE.

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