Los incendios forestales recurrentes

José De Echave C.

Son terribles y dramáticas las imágenes que vemos por estos días de los incendios forestales en Apurímac, Ayacucho y otras zonas del país. Terribles imágenes pero, en realidad, no deberíamos tener el derecho de sorprendernos ya que es algo que se repite todos los años en nuestro país. Así como hay época de lluvias (aunque cada vez más inestable), época de heladas, de estiaje, también hay la época de incendios forestales. Algunos breves comentarios para ver si comenzamos a tomar en serio este grave tema.

Imagen: Andina

En primer lugar, debemos señalar que esta no es una particularidad del Perú. Las proyecciones que se hacen a nivel global dicen que los efectos del calentamiento global vienen provocando y seguirán provocando que los incendios forestales aumenten de manera sostenida (de hecho, en los últimos diez años ya habrían aumentado en un 50% en todo el mundo). Las causas serían las sequías cada vez más prolongadas que varias zonas del planeta comienzan a padecer, la consecuente deshidratación de las plantas y los componentes químicos que emiten que son altamente combustibles, entre varios otros factores. El avance de la deforestación crea condiciones para que los incendios se incrementen cada temporada.

Dicho esto, no hay que olvidar que la mayoría de incendios forestales no obedecen a causas naturales; es acción directa del ser humano. Uno de los factores es la práctica arraigada de la quema de superficies agrícolas para “preparar los terrenos” para lo que nuestros agricultores denominan como la campaña grande, la regeneración de pastos, etc.

Está claro que en esta época del año se produce el mayor número de incendios forestales, tanto en zonas andinas como en las amazónicas. Por lo tanto, no estamos hablando de un fenómeno natural; se dice que el 95% de los incendios forestales son causados por la mano humana y por prácticas que se deberían desterrar.

Lo dramático de las imágenes que hemos visto estos días y las miles de hectáreas que todos los años se pierden, son una clara muestra de la pasividad y la falta de reacción de nuestras autoridades y de todos los estamentos de nuestra sociedad. Es urgente reaccionar. No hay forma de revertir esta tendencia de deterioro si es que no se actúa con decisión y una firme voluntad política.

16 de noviembre de 2022

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